¿Cómo compartir el amor de Jesucristo con alguien que llora la muerte de un hijo? ¿Qué decirle a quien lo ha perdido todo tras un desastre natural?
Muchos cristianos están deseosos de mostrar el amor de Dios a los que sufren, sin embargo, muchas veces no saben qué decir.
Cuatro meses después de la gira God Loves You Frontera Tour, la Billy Graham Evangelistic Association regresó a la frontera sur con las capacitaciones gratuitas «Compartir Esperanza en Tiempos de Crisis», a fin de equipar a los creyentes de habla hispana para esta desafiante oportunidad.
«En el ministerio de mi iglesia tratamos con personas que están afligidas, que tienen grandes cargas en sus corazones», compartió Cristina Hernández, que asiste a la iglesia Vital Church en McAllen, Texas.
«Hacer ministerio aquí en la frontera es algo único. A menudo nos encontramos con personas que están pasando por muchas cosas: personas sin hogar, migrantes que han sufrido mucho. Muchas veces, realmente no sabemos qué decir».
En los últimos años, los estados de la frontera sur se han enfrentado a retos sociales y desastres naturales sin precedentes.
Pero a pesar de los desafíos, los creyentes de la región están ansiosos por mostrar el amor de Dios en sus comunidades.
Franklin Graham inició su calendario evangelístico 2024 compartiendo el Evangelio con más de 58 000 personas en diez ciudades a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México durante la gira God. Las iglesias locales fueron fortalecidas y animadas, encontraron una renovada pasión por la evangelización, y recibieron a miles de nuevos creyentes deseosos de aprender más acerca de la Palabra de Dios.
Cristianos como Martha creen que esta capacitación no podría haber llegado en mejor momento.
Martha sirvió como voluntaria en la gira God Loves You Tour el 24 de febrero. Ella y su iglesia hispana «Casa de Mi Padre» invitaron a personas de ambos lados de la frontera a venir y escuchar el Evangelio.
Luego, hace unas semanas, a través de las redes sociales, Martha se enteró de la clase de dos horas que llegaría a su ciudad, Brownsville, el jueves por la noche, y no dudó en inscribirse.
«Pero una vez allí, me enteré de que habría una capacitación [extendida] de seis horas aquí en McAllen, así que dije: “¡Tengo que estar allí también!”».
Martha invitó a sus amigas Beatriz y Bertha, compañeras en el ministerio, y se ofreció a conducir para que las tres pudieran recibir esta capacitación a profundidad.
«Necesitábamos aprender todo esto para saber cómo servir mejor a la gente», dijo Martha. «Nosotros llevamos a cabo nuestro ministerio en una zona muy pobre de la ciudad de Matamoros, en Tamaulipas [México]. Vamos allí todas las semanas llevando comida y provisiones, y compartimos el Evangelio en cada oportunidad».
Su amiga Beatriz está convencida de que lo que aprendió durante el seminario tendrá un gran impacto en su ministerio.
«Es increíble, asombroso ver cómo Dios lo alinea todo», dijo. «Tratamos con el tipo de situaciones presentadas en esta capacitación todas las semanas».
Martha, Beatriz y Bertha tomaban notas constantemente durante las sesiones, y aprovechaban los descansos para comentar lo que iban aprendiendo.
«Lo que me llevo de todo esto es que el ingrediente secreto es hablarle a la gente con amor y compasión, entendiendo que siempre hay una razón detrás de por qué están en esa situación», dijo Beatriz.
Su amiga Bertha está de acuerdo.
«Estamos aprendiendo la importancia de estar presentes y escuchar a la gente en su dolor», dijo. «Lo que hemos aprendido hoy nos está ayudando a crecer».