Cuatro ejemplos bíblicos de liderazgo

Durante el fin de semana, pastores y líderes hispanos se reunieron en el Billy Graham Training Center at The Cove para un seminario en español sobre liderazgo bíblico basado en el libro de Filipenses.

El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás, así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

Mateo 20:26-28, NVI

Varios pastores compartieron la semana pasada en el Billy Graham Training Center at The Cove que ser pastor hispano en los Estados Unidos suele ser una labor solitaria y aislante. A causa de la falta de recursos y oportunidades de capacitación, liderar sus congregaciones puede ser abrumador.

En respuesta a esta necesidad, durante el fin de semana, The Cove recibió a más de 130 pastores y sus cónyuges para su tercer seminario totalmente en español. El retiro giró en torno al modelo de liderazgo cristiano que el apóstol Pablo compartió en el libro de Filipenses.

Con la participación del líder ministerial argentino Lucas Leys y el pastor mexicano Fermín IV, el seminario destacó cuatro ejemplos de liderazgo con base en la carta a la iglesia en Filipos.

1. El ejemplo de Jesús: Filipenses 2:1-11

El apóstol Pablo introduce este capítulo diciendo que todo liderazgo debe imitar primero a Cristo, quien es nuestro ejemplo de servicio y sacrificio.

«Esto es totalmente contrario a lo que enseña el mundo», dijo Fermín IV. «El mundo nos enseña a ir hacia arriba, a pasar por encima de los demás para llegar más alto. ¿De dónde surge esto? De Satanás, por supuesto. Él quería ser igual a Dios, y con eso mismo tentó a Adán y Eva: “Serás como Dios, conociendo el bien y el mal”».

Jesús, por el contrario, no pensó en sí mismo, sino en nosotros. Estuvo dispuesto a bajar a la Tierra en forma de hombre y, finalmente, a dar su vida para salvarnos de nuestros pecados.

«Jesús, sabiendo de dónde venía y adónde se dirigía, se hizo obediente hasta la muerte», dijo Fermín IV. «Cuando entiendes quién eres en Cristo, entonces puedes hacer todo, no por contienda ni por vanagloria, sino pensando en los demás».

Fermín IV (izquierda) y Lucas Leys (derecha) respondieron a preguntas prácticas de la audiencia sobre cómo enfrentar los desafíos diarios que vienen con el ministerio.

2. El ejemplo de Pablo: Filipenses 2:12-18

El apóstol Pablo a menudo animaba a los líderes de la iglesia a ser un ejemplo de disciplina y obediencia.

«Obedecemos a Dios no para ganar su bendición y su gracia, sino porque ya hemos recibido su gracia», explicó Lucas Leys. «El cristianismo es la única religión en la que no tenemos que cambiar para acercarnos a Dios. Tenemos que acercarnos a Dios para que Él nos cambie».

Leys explicó que cuando entendemos lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz, podemos obedecer a Dios con gozo, porque vivimos agradecidos con Él.

En Filipenses, Pablo llama a los creyentes a fomentar la unidad, evitar las disputas y vivir nuestras vidas de tal manera que seamos una luz en un mundo oscuro, guiando a otros a Cristo.

«Un liderazgo ejemplar, como el de Pablo, se sostiene mediante la disciplina personal, un carácter intachable y un sacrificio gozoso», explicó Leys. «Al vivir estos principios, contagiamos a nuestros equipos para que sigan en la misma dirección».

A lo largo del retiro de tres días, los asistentes disfrutaron de profundas conversaciones acerca de las Escrituras, y de dulces tiempos de alabanza y adoración.

3. El ejemplo de Timoteo: Filipenses 2:19-24

Timoteo trabajó junto a Pablo en la proclamación del evangelio de Jesucristo, y fue tan fiel en su ministerio que Pablo dijo que sirvió «como un hijo junto a su padre» (v. 22).

Pero la Biblia no duda en revelar el lado humano de Timoteo. Habla de sus lágrimas (2 Timoteo 1:4), sus problemas de salud (1 Timoteo 5:23) y cómo fue animado a ser valiente cuando tuvo temor (2 Timoteo 1:7).

Timoteo luchó con muchas de las mismas debilidades que nosotros tenemos, y precisamente por eso es un ejemplo cercano al que podemos seguir.

«Timoteo se interesaba por los demás», dijo Fermín IV. «Pablo da testimonio de que Timoteo no estaba buscando lo suyo, sino lo de Cristo. Al igual que Jesús, Timoteo solo buscaba glorificar a Dios».

Fermín IV invitó a la audiencia a ser líderes como Timoteo: «Sirvan sin llamar la atención y sin buscar aplausos. Sirvan incluso sin que los demás se den cuenta».

4. El ejemplo de Epafrodito: Filipenses 2:25-30

En la parte final del capítulo, Pablo hace referencia a Epafrodito, a quien describe como «mi hermano, colaborador y compañero de lucha» (v. 25).

«Epafrodito era el vínculo entre el servicio de Pablo a los filipenses y el servicio de los filipenses a Pablo», explicó Leys. «Es otro ejemplo de servicio desinteresado porque su sacrificio fue extremo».

De hecho, Epafrodito estuvo a punto de morir «por la obra de Cristo» (v. 30).

«Su liderazgo subraya que el liderazgo cristiano a menudo demanda sacrificarlo todo por el Evangelio», dijo Leys.

La experiencia cercana a la muerte de Epafrodito destaca que la motivación central del liderazgo bíblico es la gloria de Cristo y el avance de su reino, no la búsqueda de intereses personales.

Los líderes de iglesias de habla hispana se tomaron un tiempo para compartir sus experiencias al guiar a sus congregaciones y para edificarse unos a otros en el ministerio.
«Tu actitud debe amplificar tu aptitud», dijo Lucas Leys. Con estas palabras, animó a los asistentes a pedirle al Señor que les dé un corazón humilde que refuerce los dones y talentos que Él les ha dado.