Los capellanes del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT) están ministrando en el sur de California, en zonas donde se puede ver el humo de los incendios forestales y finas partículas de ceniza llenan el aire.
Cientos de miles de residentes se han visto obligados a evacuar sus hogares en los condados de Los Ángeles y Ventura, donde los incendios están causando estragos. Al menos 24 personas han muerto y, con los fuertes vientos que los impulsan, las llamas han carbonizado rápidamente más de 12 000 estructuras y más de 15 000 hectáreas.
A una distancia segura de las llamas, capellanes capacitados para responder en situaciones de crisis ofrecen apoyo emocional y espiritual en refugios habilitados para quienes se han visto obligados a huir de sus hogares.
Así fue como John LaBelle, capellán del BG-RRT, conoció a Sydney* y Addison,* quienes estaban repartiendo botellas de agua entre los desplazados en un refugio de Arcadia.
«Veo que están repartiendo agua», dijo el capellán a las californianas de 19 años de edad tras charlar un rato. «¿Alguna vez han oído hablar del “Agua Viva”?».
Las jóvenes nunca habían oído esas palabras, así que LaBelle compartió con ellas lo que Jesús dijo en Juan 7:38: «De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva» (NVI).
Sydney le dijo a LaBelle que nunca había ido a una iglesia. Addison, por su parte, acababa de empezar a asistir a una iglesia con su novio apenas la semana anterior. Ambas dijeron que les gustaría saber cómo recibir el «Agua Viva» de la que hablaba LaBelle.
Mientras las chicas escuchaban atentamente, LaBelle las guió a través de «Pasos para tener paz con Dios», un pequeño folleto que explica cómo iniciar una relación con Jesucristo.
Tras escuchar el mensaje del Evangelio por primera vez, las chicas dijeron que querían rendir sus vidas delante de Cristo.
Los tres oraron, y Addison y Sydney empezaron juntas su nueva vida en Jesús.
LaBelle les dio a cada una una Biblia para ayudarlas a crecer en su nueva fe, y a Addison le dio un folleto para que lo compartiera con su novio.
«Justo me regalaron una cubierta para Biblias en Navidad. Ahora tengo una Biblia para ella», dijo Addison emocionada.
«Estaban radiantes, sonrientes y llenas de gozo», recordó LaBelle.
«Hay tanta gente así que vive en Estados Unidos y nunca ha escuchado el mensaje del Evangelio».
Mientras los capellanes siguen ofreciendo el consuelo y la compasión de Cristo entre los afectados por estos terribles incendios y quienes buscan servir en la zona, te pedimos que ores para que haya muchas más conversaciones sobre el Evangelio que cambien vidas.
*Nombres cambiados por privacidad.