Cuando Franklin Graham compartió el Evangelio hace cinco años en Hanoi, Vietnam, fue un acontecimiento histórico: fue el primer evento evangelístico de su tamaño en la nación.
El evangelista regresa al país del sudeste asiático este fin de semana para compartir el amor de Dios en Ho Chi Minh, en el sur del país.
Las iglesias de toda la región están orando para que Dios se mueva de nuevo, esta vez en el Spring Love Festival [Festival del Amor de Primavera] con Franklin Graham, del 4 al 5 de marzo.
El entusiasmo es evidente. Más de 900 pastores y líderes de iglesias de 60 denominaciones asistieron a un evento previo al Festival. Según los líderes locales, era la primera vez que tantos líderes de distintas denominaciones se reunían bajo un mismo techo.
«Este es el tipo de puertas que Dios está abriendo ahora mismo para que las iglesias se reúnan», afirmó Derek Forbes, director de Festivales Asiáticos de la Billy Graham Evangelistic Association (BGEA). «Es un momento único para estar aquí».
Ho Chi Minh, antes llamada Saigón, es la ciudad más poblada de Vietnam, con un estimado de 12 millones de residentes.
La mayoría de los vietnamitas creen en la adoración de espíritus y deidades, mientras que otros practican el budismo o son ateos.
La pandemia brindó una oportunidad para que los cristianos compartieran la luz de Cristo. En un momento en que muchos temían por sus vidas, los pastores llevaron comida y ofrecieron consuelo a los miembros más aislados de la iglesia.
«Eso era el amor de Cristo derramándose», explicó Forbes. «Los pastores aman a su gente, aman esta tierra, y se entregan por ella de muchas maneras diferentes».
Después de que el Spring Love Festival fuera aplazado durante tres años, los cristianos están ansiosos por ver lo que Dios hará en su ciudad.
Una ciudad con un millón de distracciones
La vida en Ciudad Ho Chi Minh tiene su propio ritmo.
En los días de partido, los seguidores del club de fútbol se reúnen para animar al equipo de su ciudad, uno de los mejores del sudeste asiático.
La familia y los amigos se reúnen a menudo para disfrutar de un café o una comida. Mientras tanto, millones de motocicletas maniobran por calles estrechas, inundadas de vendedores.
En una ciudad que se distrae fácilmente con las motos y los teléfonos móviles, la iglesia debe seguir siendo relevante en la vida cotidiana de la gente. «De lo contrario, se convertirá en un objeto más [a la venta] a la orilla de la carretera», dijo Forbes, refiriéndose a cómo los jóvenes de la ciudad suelen depositar su esperanza en las cosas materiales.
Las iglesias están preparadas para el reto. Más de 300 congregaciones se han unido para el Festival, y más de 2000 personas de la ciudad y sus alrededores han completado el Curso de Vida Cristiana y Testimonio Cristiano (CLWC, por sus siglas en inglés) de la BGEA, a fin de aprender a compartir su fe con los demás.
Casi 900 de los que tomaron el curso se inscribieron para ser consejeros en los eventos evangelísticos, en los cuales orarán con las personas que entreguen su vida a Jesucristo, y ayudarán a ponerlas en contacto con una iglesia local.
Se animó a los creyentes de la zona a que escribieran en una lista al menos diez nombres de familiares, amigos o compañeros de trabajo que aún no conocieran al Señor, y muchos han estado orando por estas personas durante meses e incluso años.
Algunos ya han invitado a amigos y familiares a las campañas de sus iglesias y piensan traerlos también al Festival. Las congregaciones han organizado un sistema de autobuses para llevar a la gente al evento y que puedan escuchar el Evangelio.
Forbes espera que después del evento, las iglesias continúen alcanzando a otros para Cristo a lo largo del año, incluso durante las campañas de Semana Santa, Navidad y Tet, la celebración del Año Nuevo vietnamita.
«Mi esperanza es que miren a largo plazo, que tengan una estrategia y un plan a más largo plazo para alcanzar su ciudad y su nación», dijo Forbes. El objetivo, dijo, es «que las iglesias crezcan y, en última instancia, hagan discípulos».
