Carreteras derrumbadas en las laderas de las montañas, casas devoradas por las corrientes, pueblos arrasados por corrimientos de tierra e inundaciones repentinas: la destrucción que el huracán Helene ha causado en el sureste es devastadora.
Durante el fin de semana, decenas de capellanes del Billy Graham Rapid Response Team comenzaron a desplegarse en Florida, Georgia, Tennessee y el oeste de Carolina del Norte. Están ministrando a los abrumados residentes mientras lidian con inmensos daños y pérdidas.
El ministerio hermano de BGEA, Samaritan’s Purse, con sede en Boone, una de las ciudades más afectadas del oeste de Carolina del Norte, también está prestando ayuda en todas estas zonas.
«La tormenta ha golpeado en nuestro propio patio trasero», dijo Franklin Graham. «Hay casas inundadas y algunas incluso han sido arrasadas por las aguas. Hay árboles caídos, decenas de miles de personas siguen sin electricidad».
La tormenta ya se encuentra entre los huracanes que más muertos han dejado en Estados Unidos en los últimos 50 años, siendo responsable de la muerte de más de 160 personas. Se espera que esa cifra aumente, ya que cientos más siguen desaparecidas.
Muchas personas están intentando evacuar sus comunidades tras quedarse varadas sin productos de primera necesidad como agua, alimentos y gasolina.
«La situación es mala, y me temo que va a empeorar en los próximos días. Hay escasez de gas y agua, y la devastación es generalizada», dijo Will Graham, cuya familia también reside en las montañas de Carolina del Norte.
«Por favor, oren. Es lo más importante que pueden hacer ahora mismo».
¿Podrías unirte a nosotros en oración? Pídele a Dios que consuele a todos los que han perdido seres queridos en esta catástrofe, y que acerque a los residentes afectados a Él mientras experimentan el dolor y la incertidumbre.
