Normalmente solo se ven mutuamente cuando ocurre un desastre.
Pero el jueves por la noche, más de 1200 capellanes del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT), voluntarios de Samaritan’s Purse y otras personas interesadas en ayudar en casos de desastre se reunieron en Orlando, Florida, para la cuarta conferencia Sharing Hope in Jesus’ Name [Compartir esperanza en el nombre de Jesús].
El evento de cuatro días fue organizado por el BG-RRT y el grupo de Ministerios Norteamericanos de Samaritan’s Purse, ya que ambos grupos trabajan juntos para compartir el amor de Cristo cuando ocurre un desastre natural.
Tras los desastres, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, los capellanes del BG-RRT acuden a las personas que se encuentran en situación de crisis y las ayudan a procesar su dolor, oran con ellas y responden a sus preguntas sobre la fe. Por su parte, los voluntarios de Samaritan’s Purse trabajan para reparar casas dañadas y limpiar propiedades.
Ambas funciones son esenciales para compartir la esperanza del Evangelio y cientos de personas han tomado la decisión de seguir a Jesucristo tan solo en 2022.
«El trabajo que hacemos nos da el privilegio y el derecho de compartir el Evangelio de Jesucristo», dijo Luther Harrison, vicepresidente del BG-RRT y de los Ministerios de América del Norte en Samaritan’s Purse. «Si no vamos a compartir el Evangelio, no tenemos a qué ir.
»Hemos visto a gente perder a sus seres queridos en las tormentas. Queremos asegurarnos de que, cuando acudimos en respuesta a una tormenta, les mostremos lo frágil que es la vida. Ninguno de nosotros en esta sala tiene garantizado el mañana».
La verdad de sus palabras se hizo especialmente evidente cuando varios capellanes del BG-RRT compartieron con el público historias personales de cuando acudieron a brindar ayuda.
El capellán James Kilgore contó cómo atendió a una pareja con el corazón destrozado cuyos cuatro hijos fueron arrebatados de sus brazos y finalmente fallecieron en la inundación del condado de Breathitt, Kentucky.
La capellán Anika Magwood describió cómo Dios le ayudó a superar las barreras lingüísticas para abrir los corazones de una familia de refugiados ucranianos en Polonia y para traerles una nueva vida antes de que fuera demasiado tarde. Una madre viuda y su hijo de 15 años eligieron seguir a Jesucristo, y su hija de 23 años tomó la decisión de rededicar su vida. Apenas seis meses después, la madre falleció de cáncer y se fue a casa para estar con el Señor.
Los capellanes Ken y Stacey Williamson también han experimentado la fragilidad de la vida durante sus servicios. En respuesta al tiroteo masivo en una escuela primaria de Uvalde, Texas, los Williamson tuvieron la dura labor de comunicar a un grupo de hermanos que su hermano había muerto. «Ellos querían alguien a quien aferrarse, y les dimos a Jesús», dijo Ken al compartir cómo los capellanes consolaron a los miembros de la afligida comunidad.
Todos los testimonios sirvieron para recordarle a los asistentes el propósito de cada despliegue de capellanes y voluntarios: el Evangelio que cambia vidas.
«La conferencia te renueva», dijo Mike Gawlinski, un coordinador de capellanes que se encontraba entre el público. «Llegas a un punto en el que haces, haces, haces, y tiendes a no concentrarte en lo que Dios tiene para ti, ni en Él personalmente. Aquí se nos recuerda que todo el tiempo hay que poner a Dios en primer lugar».
Mike y su esposa, Michelle, comenzaron a trabajar como voluntarios con Samaritan’s Purse después de que su casa fuera golpeada por el huracán Irma en 2017. «Estábamos trabajando con Samaritan’s Purse cuatro días a la semana, y tres días a la semana íbamos a trabajar en nuestra propia casa», recordó Mike. «Después de un mes de servir así, sentimos curiosidad y dijimos: “¿Qué están haciendo los de las camisas azules?”».
Mike no sabía que pronto también llevaría una camisa azul del BG-RRT como capellán de Billy Graham.
Una vez que la pareja descubrió el papel del BG-RRT en los casos de desastre, reconocieron que el Espíritu Santo los estaba impulsando a servir como capellanes.
Al otro lado de la sala, otra pareja, Alan y Susan Flick, experimentaron recientemente el mismo llamado. Durante los últimos años, los Flick, originarios de Cashmere, Washington, han sido voluntarios de Samaritan’s Purse en el sur de Estados Unidos.
«Ahora estamos en una etapa de la vida en la que tenemos un poco más de libertad para poder ir y responder cuando recibimos la invitación a servir», dijo Susan. El primer día de la conferencia, la pareja de jubilados dedicó varias horas a los cursos de Gestión de Estrés Postraumático, uno de los requisitos para convertirse en capellán de Billy Graham.
Las clases han ayudado a los Flick a sentirse mejor equipados para responder como capellanes capacitados para responder en situaciones de crisis, y pueden echar mano de las habilidades que utilizaron en sus carreras en primeros auxilios.
«No importa la situación para la que nos llamen o [la oportunidad] que el Señor nos abra, estamos preparados», afirmó Susan. «Nos sentimos preparados para responder ante catástrofes, y nos encanta hacerlo; ahí es donde realmente empezamos. Deseamos servir como capellanes».
>>¿Buscas más información sobre las oportunidades de capacitación del BG-RRT en español?
