Durante la pandemia de COVID-19, muchos pastores de la Ciudad de México quedaron exhaustos. Algunos de ellos llegaron al punto de la desesperanza. Otros incluso abandonaron el ministerio.
La pandemia afectó a las iglesias de todo el mundo, pero las precauciones sanitarias en Ciudad de México fueron de las más estrictas del mundo.
En la Ciudad de México, el uso de mascarillas (cubrebocas) en lugares públicos fue obligatorio hasta fechas muy recientes (octubre de 2022). Y aunque desde finales de 2020 se comenzó a permitir que las iglesias reabrieran sus puertas, las restricciones sanitarias eran tan detalladas y extenuantes que muchas optaron por permanecer cerradas.
«Era común encontrar tapetes para desinfectarse los zapatos y personal de la iglesia rociando desinfectante a la gente, de la cabeza a los pies, antes de entrar en la iglesia. Y teníamos que desinfectarlo todo después del servicio. Era muy cansado», cuenta Óscar Marcial, pastor local en la ciudad.
Cuando la mayoría de las iglesias volvieron a abrir, descubrieron que sus congregaciones habían cambiado radicalmente. Muchas iglesias reabrieron solo para darse cuenta de que tendrían que cerrar definitivamente.
«Algunas esperaron un año entero. Otras esperaron dos años», explicó Marcial. «Los pastores pensaban que la gente estaba ansiosa por volver a la iglesia, pero se llevaron una gran sorpresa al descubrir que la realidad era muy distinta: que ya no tenían gente».
Sin embargo, Dios se estaba moviendo incluso antes de que empezara la pandemia.
En 2019, la Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA) creó un equipo de «movilizadores» en la Ciudad de México para fomentar la pasión por la evangelización en las iglesias locales y para llevar el Festival Esperanza CDMX con Franklin Graham a una ciudad que necesita desesperadamente un mensaje de esperanza. (El nombre CDMX, abreviatura de Ciudad de México, ganó popularidad en los últimos dos años).
Para cuando se escucharon las primeras noticias de la pandemia, la BGEA ya se había asociado con varias iglesias locales y «movilizadores», a fin de crear una red para animar a los pastores y sus iglesias, y para ofrecer seminarios de crecimiento espiritual y evangelización.
Y la pandemia no los detuvo.
«Aunque la pandemia nos tomó a todos por sorpresa y fue un tiempo muy duro, no fue casualidad que la Asociación llegara en este momento, tantos años después de la visita de Billy Graham», compartió Marcial. «Ha sido impactante ver la mano de Dios en todo esto. Es en los momentos más difíciles cuando vemos a Dios con nosotros.
»Durante la pandemia, [el equipo] nos llamó solo para ofrecernos su apoyo. Nos visitaron en nuestras casas, nos dijeron que estaban orando por nosotros… Sentir ese abrazo fue algo único», dijo Marcial. «El apoyo de esa hermandad entre pastores y líderes de la iglesia nos dio esperanza. Nos animó a seguir adelante sabiendo que Dios estaba con nosotros».
Más de 30,000 capacitados para compartir su fe
Mucho antes de cada Festival, la BGEA trabaja de la mano con las iglesias locales para ofrecer capacitación en evangelismo llamada «Curso de Vida y Testimonio».
«En el Curso de de Vida y Testimonio, explicamos el concepto de lo que llamamos “Operación Andrés”», explicó Chris Swanson, director del Festival Esperanza CDMX. «Le decimos a la gente que así como cuando Andrés conoció a Jesús e inmediatamente salió a decirle a su hermano que había conocido al Señor (Juan 1:41), de la misma manera los creyentes debemos invitar a nuestros amigos y vecinos a conocer a Jesús».
La respuesta de las iglesias de Ciudad de México ha sido extraordinaria. Hasta la fecha, más de 34 000 personas han recibido la capacitación.
La expectación por el Festival sigue creciendo entre las iglesias locales. No solo están invitando a sus amigos y familiares al evento, sino que lo están viendo anunciado en las redes sociales y a través de diferentes medios alrededor de la ciudad.
«En el caso de la Ciudad de México, nos anunciamos en vallas publicitarias, en el transporte público, en el metro, radio y televisión, pero al final del día, probablemente nada de esto es tan efectivo como un creyente invitando a su vecino que aún no conoce al Señor», dijo Swanson.
La esperanza se convierte en certeza
Marcial está emocionado porque cree que el Festival Esperanza CDMX seguirá transformando la Ciudad de México.
«El Señor ha hecho cosas tan maravillosas en nuestra ciudad solo en la preparación para el Festival que no tengo ninguna duda en mi corazón de que Él hará algo nuevo aquí», dijo. «Los pastores tenemos ahora una unidad que antes no teníamos».
Marcial incluso ha visto cumplidas promesas de la Biblia en los últimos años.
«Las Escrituras dicen que donde el pueblo esté unido y en armonía, habrá bendición y vida eterna (Salmo 133:1-3)», dijo. «Y puedo dar testimonio de que esto ya está sucediendo en la Ciudad de México.
»La pandemia nos abrió los ojos acerca de tener una nueva visión para la iglesia. [Nos mostró] la necesidad de predicar el Evangelio puro, un Evangelio no adulterado, un Evangelio puro que provenga directamente de las Escrituras», dijo. «La pandemia se tornó en una bendición por voluntad de Dios».