Esta semana, las frías montañas de la Cordillera Azul en Asheville, Carolina del Norte, se revistieron de sabor latino.
Más de 140 líderes evangélicos de origen hispano respondieron a la invitación de la Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA, por sus siglas en inglés) y Samaritan’s Purse a reunirse durante tres días en The Cove, el Centro de Capacitación Billy Graham, para el evento «Summit de Evangelismo» (Cumbre de Evangelismo).
Representantes de diversas denominaciones, organizaciones, editoriales, asociaciones evangelísticas y ministerios en línea se reunieron para compartir su conocimiento, experiencia y mejores prácticas.
Los asistentes dieron un testimonio tangible de la unión que puede haber en la hermandad cristiana a pesar de las diferencias. Adultos mayores y representantes de las denominaciones más conservadoras compartieron el espacio con adolescentes que son influencers en redes sociales y con quienes usan la alfombra roja como campo misionero.
Y ambos grupos se sentaron a escuchar y aprender del otro.
«Estamos muy felices de que estén todos aquí. Queremos alentar al líder hispano aquí en los Estados Unidos, queremos que puedan establecer conexiones unos con otros y encontrar formas de trabajar juntos», dijo Chris Swanson, Vicepresidente de Iniciativas Hispanas de la BGEA y Samaritan’s Purse al darles la bienvenida.
«Este es el segundo país con más hispanos después de México», les recordó Swanson. «Las iglesias, denominaciones y organizaciones, así como los líderes aquí presentes representamos a millones de hispanos en los Estados Unidos, y a millones más en nuestros países de origen. Y en esta reunión queremos analizar cuál es la mejor estrategia para alcanzarlos a todos con el Evangelio».
Las conversaciones tipo panel y los grupos de trabajo abrieron una oportunidad para la discusión franca y creativa, mientras que las apasionadas ponencias ofrecieron una gran variedad de voces y perspectivas dentro de la iglesia evangélica hispana.
Cuando el pastor Eli Bonilla compartió su mensaje causó gran revuelo en el público.
«Mi abuelo vino a los Estados Unidos como misionero para trabajar con la población de habla hispana cuando nadie compartía el Evangelio con ellos. La iglesia hispana no está aquí para recibir, sino para dar».
El pastor Bonilla también habló del salto generacional representado en la reunión: «A la generación mayor le quiero decir que estamos aquí para honrarlos. No queremos tomar su lugar; queremos ayudarlos a mantener sus brazos en alto».
El grupo también analizó a profundidad qué puede hacer la iglesia para conseguir un mayor involucramiento de los jóvenes.
El apologeta Jorge Gil presentó su perspicaz análisis para desentrañar el centro del problema.
«Tres de cada cuatro jóvenes cristianos pierden su fe cuando llegan a la universidad. Ésta es una época en la que el ateísmo se ha vuelto militante, y las iglesias han fallado en preparar a los jóvenes. Se les dice qué creer, pero no se les brinda un fundamento para su fe.
»Es necesario que los líderes eclesiales se alejen de la doctrina del emocionalismo y pasen más tiempo enseñando a los jóvenes cómo responder cuando su fe sea retada. Porque tarde o temprano lo será».
La visión de esta reunión fue el fruto de un evento con 25 líderes hispanos que tuvo lugar en octubre pasado, y donde tras mucha oración y ricas conversaciones se estableció la necesidad de crear un espacio para que aún más líderes evangélicos de origen hispano unieran sus fuerzas e intercambiaran ideas para presentar el Evangelio de Cristo de una manera efectiva y relevante.
La autora de origen cubano Wendy Bello le recordó a los presentes: «No vamos a ganar a la siguiente generación con más entretenimiento. Necesitamos presentar el Evangelio de Cristo, y Él crucificado. Necesitamos predicar que no hay salvación sin arrepentimiento de pecados».
Con base en Filipenses 1, el evangelista de la BGEA para los países hispanohablantes, David Ruiz, invitó a los presentes a recordar que el Evangelio de Jesucristo es uno solo, y que debemos gozarnos siempre que sea predicado bíblicamente, aunque otros ministerios sean más exitosos que los nuestros.
«Lo importante no es el obrero, es la obra; lo importante no es el evangelista, es el Evangelio. Es Dios quien va a juzgar las motivaciones de nuestros corazones», dijo.
Para concluir, Ángel Jordán, director de Iniciativas Hispanas para la BGEA y Samaritan’s Purse les recordó a los presentes: «Ningún otro país ha recibido tantos inmigrantes como Estados Unidos. Casi cada nación de la tierra está representada en este país. Si unimos nuestros esfuerzos para trabajar en el ministerio multicultural aquí, con el poder de Dios, podremos alcanzar al mundo entero con el Evangelio».