Vida de un pastor tocada dos veces por ministerio de Billy Graham

Más de 250 pastores y líderes de iglesias se reunieron en el tercer Summit de Evangelismo de este año en El Paso, Texas. El pastor Josué Mayo Cárdenas escuchó la voz de Dios hablarle al corazón y recibió un nuevo llamado al ministerio durante el evento.

«Lo mejor que podemos hacer por otra persona es hablarle del amor de Dios en Cristo».

Billy Graham

El Rev. Josué Mayo Cárdenas sirvió como pastor y plantador de iglesias en México por más de 40 años. Tristemente, su esposa fue diagnosticada recientemente con cáncer de mama, y la noticia pareció ser una clara señal para él de que era hora de retirarse y dejar la obra misionera. O eso pensó.

Pero cuando su esposa se enteró de que la Billy Graham Evangelistic Association iba a celebrar un evento para pastores y líderes cerca de su casa en El Paso, lo animó a asistir.

Este sábado, Mayo Cárdenas llegó temprano en la mañana para el tercer Summit de Evangelismo de este año. La capacitación intensiva de un día tuvo como objetivo alentar a pastores y líderes ministeriales en su llamado a proclamar el Evangelio de Jesucristo.

La cumbre consistió en charlas en vivo y en video de Franklin Graham, Will Graham, Sebastián Franz, Grant Skeldon, David Ruíz, Andrew Brunson, Anne Graham Lotz y Sixto Porras, entre otros. Los participantes fueron desafiados a vivir vidas santas, mantenerse firmes en su fe y proclamar el Evangelio con valentía, sin importar el costo.

Sebastián Franz, pastor y conferencista de Paraguay, animó a los asistentes a servir con la pasión de los cristianos del primer siglo. «La iglesia primitiva creció exponencialmente porque comprendió la urgencia de predicar el Evangelio», afirmó.

Mayo Cárdenas no tardó en darse cuenta de que Dios hablaría fuerte y claro a su corazón durante el evento. Después de todo, no era la primera vez que Dios tocaba su vida a través del ministerio de Billy Graham.

La primera vez, sin embargo, fue a través del propio Billy Graham.

En 1984, Mayo Cárdenas predicó un domingo por la mañana en la iglesia donde servía en Acapulco, México, y Billy Graham se encontraba entre la audiencia. Billy Graham y su esposa estaban en México con un amigo y líder eclesial, quien los llevó a una de sus iglesias en la ciudad para el servicio del domingo.

«Curiosamente, yo iba a predicar sobre evangelización ese día», compartió Mayo Cárdenas. «Y cuando vi que Billy Graham estaba allí, no cambié mi mensaje. Seguí predicando sobre la importancia de compartir el Evangelio con los demás.

»Después de mi mensaje, se acercó a hablar conmigo, me abrazó y me animó a seguir proclamando la importancia de compartir el mensaje de la cruz».

Las palabras de Billy Graham permanecerían en el corazón de Mayo Cárdenas durante décadas.

«Aquel encuentro con Billy Graham marcó el futuro de mis predicaciones», compartió. «Cada vez que me toca predicar, aunque sea en un funeral, sigo proclamando el Evangelio y hablándoles a todos de la cruz de Cristo y de su amor por ellos».

Casi 40 años después, cuando Mayo Cárdenas pensaba que su tiempo en el ministerio había terminado, sintió que el Señor le hablaba al corazón en el Summit de Evangelismo.

«Vine aquí para escuchar lo mismo que Billy Graham me dijo: que no debemos dejar de hablar de la cruz de Cristo. Es en verdad extraordinario», dijo mientras sus ojos se iluminaban de gozo.

Cuando los pastores y los líderes de la iglesia llevan muchos años en el ministerio, puede ser fácil que ciertas áreas de sus ministerios se desvíen del objetivo principal.

Mayo Cárdenas fue uno de los cientos de pastores que fueron animados en El Paso a permanecer fieles al Evangelio bíblico, y a hacerlo todo solo por la gloria de Cristo.

«Este evento me ha hecho refrescar lo que significa predicar el Evangelio», dijo. «Es algo que yo sé y a lo que he dedicado mi vida, pero de alguna forma con el transcurso de la vida se va diluyendo.

»Siento claramente que el Señor está renovando mi llamado. Quizá ahora el Señor quiera que sirva de otra forma… quizá no como plantador de iglesias. Me siento abierto a que Dios me use de formas nuevas».

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