Los dominicanos están ‘perdidos en el dolor’. Los capellanes de Billy Graham caminan a su lado

Los capellanes del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT) consolaron a los seres queridos de las víctimas que se reunieron fuera del club nocturno Jet Set, donde murieron más de 200 personas el 8 de abril.

Las calles de la República Dominicana suelen vibrar al ritmo del merengue y la bachata. Sin embargo, en los últimos días han estado anormalmente silenciosas, ya que el país lamenta la muerte de 232 personas que fallecieron el 8 de abril cuando se derrumbó el techo de una popular discoteca de Santo Domingo durante un concierto. 

Tras 53 horas de búsqueda, 189 supervivientes fueron rescatados de entre los escombros.

En respuesta a esta terrible tragedia, un equipo de capellanes de habla hispana de BG-RRT se desplazó a la capital, así como a Haina, la ciudad natal del querido cantante dominicano Rubby Pérez, quien estaba cantando en el escenario al momento del derrumbe del techo. Al menos otras 25 personas fallecidas también eran de Haina.

En medio de una de las tragedias que más muertos ha dejado en la historia del país, los capellanes de Billy Graham proporcionaron atención emocional y espiritual a quienes esperaban ansiosamente noticias al exterior de la discoteca y en un hospital local, cuando aún se estaban recuperando cadáveres.

La capellana Lilly Cruz, originaria de la cercana isla de Puerto Rico, viajó desde Nueva Jersey para acompañar a la gente de la República Dominicana.

Mientras permanecía frente al club Jet Set, cerca de un monumento que se colocó en memoria de los fallecidos y que no dejaba de crecer, observaba cómo la gente se acercaba para añadir fotos o presentar sus respetos.

«Es una foto preciosa», dijo con delicadeza al acercarse a una joven pareja, Enrique y Gloria*, quienes estaban colocando una foto de la hermana de Gloria cerca del memorial.

Los dos rompieron en llanto cuando Cruz comenzó a hablar con ellos del amor de Jesucristo. 

«Mis palabras pueden no ser suficientes para consolarlos, pero Dios es el Dios del consuelo», explicó a la afligida pareja, rodeada de banderas a media asta. «Él está aquí para acompañarlos y darles esperanza». 

Ella tomó la mano de Gloria mientras oraba con la pareja, ayudándoles a entregar sus cargas al Señor, incluso en medio de su abrumadora tristeza. 

Ellos expresaron su inmensa gratitud al equipo de capellanes por su apoyo. 

«Mucha gente allí conocía a Jesús», señaló Cruz más tarde. «Estaban tan perdidos en la magnitud del dolor… Hay algo especial cuando mencionas la esperanza de Jesús… Solo de pensarlo me dan ganas de llorar», dijo, conteniendo las lágrimas.

Afrontar una gran pérdida

A unas diez millas de distancia, en Haina, Lilly Cruz también visitó a una familia que perdió a ocho de sus miembros en la tragedia. Ella detalló una conmovedora conversación que tuvo con la matriarca de la familia, Rosa*.

Desde su mecedora, la devastada bisabuela, discapacitada y con la vista deteriorada, le dijo a los capellanes que su nieta Niela* y su bisnieto Omar* habían estado en Jet Set aquella noche aterradora. 

Niela sobrevivió con heridas graves, pero Omar, a quien Rosa había criado, murió aplastado bajo el peso del techo. Rosa le contó que la madre y el hijo habían seguido caminos diferentes en la vida: Omar era cristiano y Niela no creía en Dios. 

Rosa luchaba por asimilar los horribles detalles de la muerte de su bisnieto después de enterarse de que había muerto mientras intentaba hacer una llamada telefónica para pedir ayuda. Los capellanes escucharon con compasión mientras Rosa compartía su dolor y hablaba de la vida de Omar. 

«No dejaba de hablar de su bisnieto, de que iba a la iglesia y servía al Señor», dijo Cruz. «Se trató mucho de escuchar activamente, solo la consolábamos.

«La animamos diciéndole que su nieto estaba con el Señor». 

Después de escuchar largamente a Rosa mientras ella compartía sobre los otros miembros de su familia que había perdido, los capellanes oraron con ella. Estaban a punto de irse cuando Rosa notó algo: sus insignias del Billy Graham Rapid Response Team. 

«¡Oh, Billy Graham!», exclamó al acercarse lo suficiente para leer las insignias. «Amo a ese hombre. Veo sus sermones todas las noches». 

Un camino a seguir

A raíz de este desastre que ha sacudido a tantos en la República Dominicana, los líderes de las iglesias locales han invitado al BG-RRT a regresar y ofrecer el curso «Compartir Esperanza en Tiempos de Crisis», que enseña a los cristianos cómo ofrecer atención emocional y espiritual a amigos, familiares y vecinos que están en duelo. 

Cruz siente una gran carga en su corazón por las comunidades dominicanas que están pasando por tiempos difíciles, y está emocionada por la próxima capacitación. También le pide a otros creyentes que oren por la gente de la región: «Oren para que las semillas de amor que se plantaron florezcan». 

Por favor, únete a nosotros en oración, pidiendo a Dios que sane los corazones heridos en la República Dominicana como solo Él puede hacerlo, así como por la próxima capacitación que tendrá lugar en el país. 

*Nombres cambiados por motivos de privacidad. 

En las primeras horas del 8 de abril, la música y el baile se convirtieron en una pesadilla cuando el techo de una discoteca se derrumbó durante un concierto. Los miembros de la comunidad instalaron un monumento en memoria de los fallecidos junto a los restos de la discoteca Jet Set.