Cuando Martín* llegó a trabajar al Auditorio Guelaguetza el sábado por la mañana, tenía una larga lista de detalles que revisar. Como gerente general de la sede, quería asegurarse que todo estuviera listo para el Festival Días de Esperanza que tendría lugar ese fin de semana.
Martín no se imaginaba que para el domingo, su perspectiva habría cambiado radicalmente.
La ciudad en la que Martín vive, Oaxaca, al sureste de México, es una de las regiones del país más visitadas por turistas. Gente de todo el mundo acude a este lugar para disfrutar de sus vistas repletas de vibrantes colores, ricas tradiciones, incomparables artesanías y deliciosa gastronomía.
Pero los habitantes de esta zona, como los del resto del mundo, también necesitan la esperanza que solo Jesucristo puede ofrecer.
Martín no sabía cuánto necesitaba esa esperanza.
El sábado se mantuvo ocupado todo el día con la logística del evento, pero en la segunda noche del Festival, toda su atención se centró en el mensaje de David Ruíz.
«En ese momento él no estaba sentado entre el público, sino que estaba de pie detrás del escenario», comentó el pastor Gabriel Borbolla, coordinador general del Festival, quien pudo presenciar esta maravillosa obra de Dios.
Casi al final del mensaje de David Ruíz, todos los ojos estaban puestos en el evangelista mientras desafiaba a la audiencia con una audaz pregunta:
«Nacemos para morir, ¿estás preparado? La muerte puede llegar en cualquier momento», dijo Ruíz. «En esta noche tú puedes tener la seguridad de la vida eterna si le das tu vida a Jesús, porque Él dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25)».
En ese momento, el Espíritu Santo obró en el corazón de Martín, quien ahí mismo tomó la decisión de rendir su vida a los pies de Jesús y de recibirlo en su corazón como único y suficiente Salvador.
Más tarde, Martín compartió que tras haber recibido a Cristo en su corazón, los detalles del evento habían pasado a segundo término. «Lo más maravilloso que debía ocurrir esta noche acaba de suceder: ¡Cristo está en mi corazón!».
Un Festival para proclamar el amor de Dios
Durante el Festival Días de Esperanza que tuvo lugar el 24 y 25 de marzo, más de 200 iglesias locales sumaron fuerzas con la Billy Graham Evangelistic Association, y oraron incansablemente a fin de que muchos escucharan las Buenas Nuevas del Evangelio.
Sus oraciones fueron respondidas cuando más de 27 000 personas acudieron a los tres eventos que tuvieron lugar durante ese fin de semana, de las cuales al menos 2500 tomaron la decisión de poner su fe en Jesucristo.
«Días de Esperanza fue una manifestación de gran unidad de la iglesia local», dijo el pastor Borbolla. «Hace más de una década no celebrábamos ningún evento de forma unida, pero ahora nos unimos para servir juntos e impactar a nuestra ciudad».
El lunes 3 de abril, los pastores locales se reunieron para conversar sobre los resultados del Festival.
«Los pastores testificaron cómo nuevos creyentes se están integrando a sus congregaciones», dijo Borbolla. «Algunas familias incluso dijeron que fueron los niños los que pidieron que fueran a la iglesia».
«En nuestra iglesia, al siguiente domingo muchas personas nos visitaron», dijo el pastor Elías Betanzos. «Se trata de las personas que fueron alcanzadas el día del Festival. Sin duda, puedo testificar que hubo resultados y creo que fue un parteaguas de lo que va a suceder en Oaxaca. Doy gracias a Dios que hizo todo esto posible».
Festikids
El sábado por la mañana tuvo lugar Festikids, un evento que reunió a más de 6000 niños que llegaron desde varios municipios de Oaxaca para presenciar un espectáculo lleno de colores, luces, música y baile.
El Festival Festikids gira en torno a una presentación del Evangelio bíblico creada especialmente para los más pequeños.
Los niños escucharon la verdad bíblica acerca del pecado, y cómo todos necesitamos arrepentirnos y recibir el perdón que solo Jesús puede ofrecer.
Más de 1000 niños alzaron la mano en señal de que estaban dispuestos a entregar su vida a Jesús, y ahí mismo oraron para pedirle que entrara en sus corazones.
*Nombre cambiado por privacidad.