Con una proclamación del Evangelio basada en la famosa historia bíblica del hijo pródigo, Franklin Graham predicó este sábado por primera vez en la Ciudad de México en el tan esperado Festival Esperanza CDMX.
El primer día del evento causó asombro cuando un total de 25 800 personas abarrotaron la Arena CDMX, llenando a su máxima capacidad tanto el recinto interior como el espacio adicional al aire libre.
Las iglesias locales trabajaron y oraron arduamente con un compromiso en mente: que cada creyente llevara al menos a un invitado que aún no tuviera una relación personal con Jesucristo.
En carros, en transporte público y en autobuses, los creyentes llevaron a sus invitados hasta la sede del evento. Estos últimos, por su parte, estaban a la expectativa de lo que el evento ofrecería. Algunos asistieron pensando que irían a un concierto gratuito. Otros acudieron porque la invitación mencionaba un evento para niños.
Los rostros de algunos de los presentes revelaban que este era su primer acercamiento al cristianismo. Observaban todo con cierto reparo, pero el Señor fue preparando sus corazones una semilla a la vez.
El evento dio inicio con un evento diseñado especialmente para los niños llamado Festikids. Animadas coreografías y una obra musical que presenta el mensaje del Evangelio con ejemplos de nuestros días cautivaron la atención de chicos y grandes, plantando una primera semilla en los corazones.
Las primeras notas de la música de Marcos Witt llevaron a la audiencia a levantarse de sus sillas. Los creyentes cerraron sus ojos y alzaron sus manos para alabar a Dios, cantándole a un Dios al que claramente conocen personalmente.
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Los invitados trataron de corear las canciones que los demás se sabían de memoria. Ese deseo inexplicable en sus corazones de alabar a Dios con el gozo contagioso de quienes los rodeaban plantó una semilla más.
Una predicación muy esperada
En cuanto subió al escenario, Franklin Graham dijo: «Amo a México», y comentó: «Quiero felicitarlos porque tienen la ciudad muy limpia. Me sorprendió lo limpias que tienen las calles…», lo que provocó los aplausos y animosos gritos de la audiencia.
Y no tardó en hacer un gran e inesperado anuncio: «Regresaremos a la Ciudad de México el año que viene».
Tras haber dado unos segundos para la celebración del público, Franklin comenzó a hablar al corazón de la gente a fin de preparar sus corazones para la semilla final: la proclamación del Evangelio.
«¿Te has preguntado si Dios es real? Te has preguntado, ¿acaso Dios me ama? ¿Acaso Dios me perdonará?», y respondió a esas mismas preguntas diciendo: «Dios es real. Dios te ama. Y Dios te va a perdonar todos tus pecados si estás dispuesto a arrepentirte de todos ellos y poner tu fe en Jesucristo… Jesucristo no está muerto, está vivo y está vivo en la ciudad de México».
Graham predicó el mensaje del Evangelio en torno a la historia bíblica conocida como la historia del hijo pródigo de Lucas 15:11-24.
«Este joven en la Biblia quiso huir de sus problemas. ¿Y tú? ¿Estás tratando de huir de tus problemas?», preguntó Franklin Graham acompañado de la interpretación en español de David Ruíz. «¿Estas tratando de llenar tu vida con las cosas que el dinero puede comprar? Tal vez dices: si tuviera una pantalla mejor o más grande, si tuviera más o mejor ropa, entonces mi vida sería mejor».
El evangelista invitó al público a meditar que muchos creemos que aquello que estamos buscando se encuentra en las cosas materiales, pero afirmó que lo que realmente estamos buscando es propósito y significado en la vida.
«Tú tienes un vacío [en el corazón] que solo Dios puede llenar», dijo Graham. «Pero todos estamos separados de Dios porque hemos pecado… Sin embargo, la Biblia dice que “… tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Tú puedes salir de esta arena esta noche sabiendo que has sido perdonado de tus pecados».
«Mira lo que Cristo dice en la Biblia: “Si tu me invitas a tu vida y a tu corazón, nunca te dejaré, nunca te abandonaré”», afirmó Graham. E inmediatamente preguntó: «¿Vendrás a Él esta noche?».
Poco a poco, aquellos cuyos corazones habían sido tocados por el mensaje comenzaron a ponerse de pie y a avanzar hacia el frente.
Más de 3000 personas tomaron la decisión de rendir su vida a Cristo.
Respuestas inesperadas
La señora Luz María es miembro de la Iglesia Dios Nuestro Refugio y vive a aproximadamente dos horas del centro de la Ciudad de México en Zumpango, Estado de México; sin embargo, cuando se enteraron del Festival Esperanza CDMX, ella y su iglesia estuvieron dispuestos a sumar fuerzas, a pesar de la distancia.
Enorme fue su gozo cuando vio a sus cuatro familiares pasar al frente para rendir sus vidas a Cristo.
Ella había compartido el Evangelio con muchos miembros de su familia durante mucho tiempo, pero a aquellos que no habían respondido al llamado, los invitó a asistir a Esperanza CDMX en el autobús con su congregación.
Berta y Atziri, su cuñada y sobrina respectivamente, nunca habían escuchado el mensaje del Evangelio, y apenas la noche previa al evento tomaron la decisión de responder a la invitación tras la amable insistencia de Luz María.
«Yo tenía mucho rencor, pero sí, aquí decidí soltarlo. Soy hecha nueva», dijo Atziri, mientras una sonrisa alegraba tanto sus labios como sus ojos. Su madre, por su parte, asentía y sonreía a su lado.
Norma, la hija de Luz María, también decidió pasar al frente tras la invitación de Graham. «Yo había recibido a Cristo antes, pero me había alejado», compartió. «Lo que más me habló fue el mensaje del hijo pródigo… Sí, sentí el llamado de Dios».
Finalmente, Félix, el hijo de Norma de doce años de edad y nieto de Luz María, también decidió pasar al frente y orar para pedirle a Cristo que entrara a su vida.
«Me sentí identificado con la obra de teatro que hablaba del vicio, la rebeldía y la vanidad, cosas que a veces tengo yo», compartió. «Es algo que quiero cambiar».
Mientras Luz María escuchaba los testimonios de sus familiares, su rostro irradiaba una paz celestial.
«Es algo hermoso traer a mi familia y que conozcan la gracia de Cristo», dijo Luz María. «Me hace sentir que la Palabra de Dios es viva y eficaz, porque dice la Palabra que yo y mi casa seremos salvos, y yo lo creo».