Hace cincuenta años, Billy Graham pronunció el discurso de apertura en el Primer Congreso Internacional de Evangelización Mundial (ICWE, por sus siglas en inglés), una reunión que con el tiempo llegaría a ser más conocida por el nombre de la ciudad suiza en la que se celebró: Lausana.
Casi 2500 delegados de 150 países se unieron a otros 1300 asistentes en Lausana, Suiza, para la reunión de diez días en julio de 1974, patrocinada por la Billy Graham Evangelistic Association (BGEA). El tema fue «Que la tierra oiga su voz».
«Desde la época de los primeros apóstoles hasta el presente, la evangelización ha sido la sangre que corre por las venas de la iglesia», declaró Billy Graham durante su discurso de apertura. «La Palabra de Dios nunca cambia. Cristo nunca cambia. El poder del Espíritu para cambiar vidas nunca cambia. La demanda de obediencia nunca cambia. Nuestra comisión de ir hasta los confines de la tierra nunca cambia. Y la promesa de Cristo de estar con nosotros hasta el final nunca cambia».
Durante la histórica conferencia mundial, Billy Graham citó tres razones de lo que describió como la disminución de la visión y el celo de la iglesia evangélica por la evangelización mundial: «la pérdida de autoridad del mensaje del Evangelio; la preocupación por los problemas sociales y políticos y la misma preocupación por la unidad organizativa».
La visión de Billy Graham era promover la proclamación del Evangelio. Aunque reconocía el mandato bíblico de «aliviar el sufrimiento humano y corregir la injusticia dondequiera que se encuentre», advirtió que había agendas contrapuestas que podrían usurpar la misión primordial de la Iglesia de cumplir la Gran Comisión de Cristo de hacer discípulos de todas las naciones.
Afirmó: «Jesús dijo: “¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? ¿Y si desarrolláramos una utopía materialista —misma que el hombre pecador no puede hacer [realidad]— en la que todos los habitantes del planeta tuvieran comida, ropa, un hogar y todas sus necesidades atendidas en todos los sentidos? Sin Dios, el hombre seguiría sin encontrar el propósito, la felicidad, el sentido, la paz y el gozo que su corazón anhela».
David Bruce, vicepresidente ejecutivo de dos de los ministerios encargados de preservar el legado de Billy Graham, el Billy Graham Archive and Research Center y de la Billy Graham Library, y quien durante mucho tiempo sirvió como asistente personal de Billy Graham, dijo que la resolución del evangelista de mantener en alto la primacía de la proclamación del Evangelio sigue siendo el principio básico de la BGEA hoy, y Billy Graham quería recordarle a los participantes de la ICWE, así como a todos los creyentes, esa prioridad.
«El Sr. Graham quería marcar un hito, y el congreso del 74 fue básicamente una reunión de orientación teológica», dijo Bruce. «La teología de la evangelización: era eso lo que querían dejar bien clavado. La iglesia en general se estaba alejando de la proclamación del Evangelio hacia un énfasis excesivo en el evangelio social, lo mismo que vemos hoy en día: el descuido de la evangelización».
Cinco décadas después del histórico Congreso de 1974, y tras las reuniones de Lausana en 1989 en Manila, Filipinas, y en 2010 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, evangélicos de todo el mundo se reunirán en septiembre en Seúl, Corea, para conmemorar la defensa y el compromiso de Billy Graham con la evangelización itinerante en todo el mundo.
Y esta vez, el nieto Will Graham ha extendido un llamado a la asamblea internacional de evangélicos a comprometerse de nuevo con el Pacto de Lausana para la evangelización mundial que se estableció en 1974 sobre la autoridad de la Palabra de Dios.
«La necesidad de la proclamación del Evangelio es tan grande hoy como siempre», dijo Will en el saludo grabado en video que se proyectará en la conferencia de la Lausana en Seúl. «A pesar de que vivimos en un mundo que en todo momento está trabajando para anular a Cristo y la Biblia con el fin de exaltarse a sí mismo, amigos míos, debemos decir: “¡No mientras nosotros estemos vigilando!”. Ahora no es el momento de rendirse. No es momento de rendirse. No es momento de dar marcha atrás. No es momento de volverse hacia dentro. Ahora es el momento de ganar terreno espiritual. Ahora es el momento dar un paso al frente audazmente por Jesucristo, de predicar a Cristo sin vergüenza y con el poder del Espíritu Santo».
La evangelización no es el único trabajo de la iglesia, dijo Will, pero nunca debemos descuidar la predicación persuasiva, el esfuerzo por ganar almas y la necesidad de proclamar las Buenas Nuevas.
«A donde sea que vayamos, debemos seguir proclamando el Evangelio y haciendo discípulos en todo el mundo, ya sea en ciudades, en pequeñas comunidades, en las cumbres de las montañas o en los valles, en las llanuras o en el desierto. Ya sea una persona en la calle, a la mesa en el restaurante o miles en un estadio, con la ayuda del Espíritu Santo debemos proclamar el Evangelio y hacer discípulos».
Will dice estar convencido de que Billy Graham y los convocantes del Congreso de Lausana 1974 querrían ver a los asistentes a la reunión de septiembre ir por todo el mundo, Biblia en mano, predicando el mensaje de la salvación en Jesucristo: haciendo el bien y aliviando el dolor y las necesidades personales, pero sin descuidar nunca la primacía de la evangelización.
«Mi abuelo se ha ido a casa, a su recompensa celestial», dijo Will, «pero eso no ha cambiado nuestra misión ni nuestro propósito». En la Billy Graham Evangelistic Association estamos trabajando tan duro como siempre para predicar a Cristo por todos los medios posibles, y consideramos un privilegio ser socios en esta maravillosa y gran misión».
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Decision Magazine. ©2024 BGEA