‘Señor, aquí está mi mano con todo lo que tengo’

El 7 de noviembre habría sido el cumpleaños de Billy Graham. Aunque era conocido por sus grandes Cruzadas, también disfrutaba hablando con la gente sobre Dios en entornos más reducidos. En la imagen, habla con un grupo de jóvenes en Bruselas, Bélgica, en 1975.

El 7 de noviembre de 1918, Billy Graham nació en Charlotte, Carolina del Norte, solo cuatro días antes del final de la Primera Guerra Mundial. Hijo de un granjero lechero, creció durante la Gran Depresión y estaba acostumbrado al trabajo arduo, una cualidad que le sería muy útil en los años venideros. 

A los 15 años, mientras asistía a una reunión de avivamiento con el evangelista itinerante Mordecai Ham, decidió entregar su vida a Jesucristo y siguió el extraordinario camino que Dios había trazado para él.

Billy Graham falleció en febrero de 2018 a los 99 años. A lo largo de su vida, predicó el Evangelio a casi 215 millones de personas en más de 185 países y territorios, y a millones más a través de la televisión, el cine y las retransmisiones por internet. Hoy en día, la Billy Graham  Library sirve como una cruzada continua, contando la historia de cómo Dios puede usar una vida totalmente entregada a Él, sin importar la edad, los antecedentes o la educación de una persona.

En un mensaje de 1975, Billy Graham nos recordó que a lo largo de la historia, el Señor ha obrado a través de personas comunes y corrientes para cumplir sus grandes propósitos, y que Él puede hacer lo mismo contigo:

Hoy en día, en Estados Unidos, hay un hombre que podría cambiar radicalmente la nación por Cristo, si se lo propusiera. Hay una joven a la que Dios podría utilizar poderosamente en este momento para ayudar a llenar el gran vacío espiritual que vemos desarrollarse en la sociedad occidental.

¿Recuerdas la historia de Gedeón en la Biblia? Un día, Dios le habló y le dijo: «Gedeón, quiero que guíes a mi pueblo, que seas su juez y su líder. Si eres mi hombre, yo estaré contigo y derrotaremos a los ejércitos de los enemigos de Israel».

O fíjate en Noé. Pasó años construyendo el arca... Dios le dijo que construyera el barco en tierra firme y Noé sabía que la gente diría que estaba loco.

Moisés tenía 80 años y vivía en el desierto cuando Dios se le apareció un día y le dijo: «Yo soy el Señor tu Dios, y quiero que vayas y saques al pueblo de Israel de Egipto».

Solo hace falta uno. Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil. Todos los eslabones son necesarios. Tú eres un eslabón en la cadena de Dios, en el plan de Dios para proclamar el Evangelio al mundo entero... Todo lo que necesitas es a Dios. Si te rindes totalmente a Él y te dedicas por completo, puedes decir: «Señor, aquí está mi mano con todo lo que tengo»... Él puede usarte.