El huracán Milton azotó Florida la semana pasada con una fuerza letal, dejando más de 20 muertos y un sinnúmero de casas destruidas.
Los capellanes del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT) están ministrando en el condado de Charlotte, al norte de Fort Myers, recordándoles a los que sufren que, independientemente de lo que esté sucediendo a su alrededor, solo Jesucristo puede ofrecer esperanza.
Durante el fin de semana, las capellanas Marsha Duckwitz y Christine McKinley visitaron a Debby* para ver cómo estaba. Debby es una de las propietarias locales que recientemente había orado para entregar su vida a Cristo después del huracán.
Sin embargo, no fue Debby quien abrió la puerta, sino su hija, Anne*.
Como Debby estaba fuera de casa, Marsha y Christine le preguntaron a Anne cómo se encontraba.
Anne había evacuado a una parte más segura del estado antes del paso de Milton. La última vez que azotó un huracán, esperó a que pasara el viento y la lluvia al interior de un camión, y no quería volver a vivir aquella experiencia aterradora.
Las capellanas también le preguntaron si tenía fe en Dios.
«Cuando era pequeña iba a la iglesia y a la escuela bíblica de vacaciones», respondió. «He oído hablar de Dios, pero no soy cristiana».
Las dos capellanas le explicaron amablemente que Dios tiene un plan para su vida y le dijeron cómo puede tener una relación con Él a través de su Hijo, Jesucristo.
Sin dudarlo, ella dijo que le gustaría aceptar ese regalo de la salvación de Dios, y oró ahí mismo para rendir su vida a Cristo junto con Marsha y Christine.
«Podíamos ver el gozo en su cara cuando nos fuimos», dijo Marsha, añadiendo que cree que la reciente devastación ha hecho que mucha gente piense seriamente en el futuro. «Debió abrazarnos cinco veces por lo menos».
Al día siguiente, las capellanas volvieron a pasar por allí con un regalo: Biblias para la madre y la hija.
Sin embargo, ninguna de las dos abrió la puerta.
Esta vez, el sobrino de Debby, Matt*, era el único que estaba en casa.
Tras entablar una conversación con las capellanas, les comentó que el proceso con el que se construyen los techos siempre le había llamado la atención, y que le intrigaba que los voluntarios de Samaritan’s Purse que estaban colocando lonas sobre su techo no cobraran por las reparaciones.
Marsha y Christine le aseguraron que no había condiciones ni otros intereses detrás: el trabajo se hace de forma gratuita, en el nombre de Jesucristo.
«No me gusta mucho Jesús», dijo.
Ellas compartieron con él cómo su prima y su tía habían iniciado una relación con Cristo recientemente, y que el Señor tiene un plan para su vida también.
«Tal vez debería investigar», le dijo Matt a Marsha.
Estaba interesado en leer la Biblia que los capellanes le habían traído a sus familiares.
«Realmente creo que él está en una búsqueda espiritual», dijo Christine. «Al principio se mostró un poco reacio, pero comenzó a relajarse pronto».
Las dos le dieron un folleto titulado «Pasos hacia la paz con Dios», que comunica las Buenas Nuevas de la esperanza en Cristo, y le aseguraron a Matt que orarían por él.
«La historia no ha terminado», dijo Christine, quien planea volver para brindarle seguimiento. «Sentí como un efecto dominó: la madre, la hija, el primo, tan dispuestos y abiertos».
Por favor, ora para que familias de Florida como esta crezcan en su relación con Dios, y sigue orando por todos los afectados por las recientes tormentas.
*Nombres cambiados por privacidad. Las personas mencionadas en esta historia no aparecen en las imágenes.