Los horribles recuerdos y el trauma aún están frescos.
Cuando los capellanes capacitados para responder en situaciones de crisis del Equipo de Respuesta Rápida de Billy Graham (BG-RRT, por sus siglas en inglés) escuchan las desgarradoras historias de los ucranianos mientras sirven en el Hospital Móvil de Emergencia de Samaritan’s Purse instalado en Lviv, ven el miedo en los ojos de la gente.
>> Franklin Graham predicó un mensaje de Pascua desde Ucrania, acompañado de pastores y un coro local.
Muchos pacientes tienen prisa y no se quedan mucho tiempo. Simplemente se detienen para recibir tratamiento antes de continuar su arduo viaje, haciendo todo lo posible para sobrevivir hasta el día siguiente. Pero en la sala de espera, o incluso mientras reciben tratamiento, los ucranianos no solo reciben atención física, sino también atención espiritual.
Al encontrarse con un capellán de Billy Graham, tienen la oportunidad de plantear preguntas sobre la eternidad. Algunos comparten que desde que comenzó la guerra han estado clamando a un Dios con el que antes no hablaban, o al que habían ignorado durante mucho tiempo, desesperados por recibir ayuda. Otros se preguntan si Dios existe realmente.
Los capellanes están ahí para escucharles, orar con ellos, y ofrecerles respuestas que los dirijan a la única esperanza verdadera que tiene el mundo: Jesucristo.
A continuación presentamos cinco historias breves que narran cómo los ucranianos han encontrado el amor de Dios bajo la tienda de un hospital improvisado, en medio de una zona de guerra.
La salvación de una madre y una hija
Mientras esperaba para ver a un médico, la hija de Mikhaila*, de apenas 7 años, se aferraba a ella en el Hospital de Campaña de Emergencia. Como muchas otras familias, su marido se quedó atrás mientras ella y su hija huían para ponerse a salvo.
Al ver la inquietud de la niña, un capellán se acercó a la familia. La niña compartió sus sueños de convertirse en matemática, estilista o bailarina. Con la esperanza de romper el hielo, el capellán intentó hacer algunos movimientos de baile, con lo que hizo reír a todos.
Durante el almuerzo, el capellán les explicó la importancia de tener una relación personal con Dios. Mikhaila y su hija escucharon atentamente y decidieron seguir a Jesús, y ahora saben que, pase lo que pase, Él está con ellas.
Nunca abandonado
Las luchas de Pavlo* comenzaron mucho antes del conflicto, según le contó a un capellán de Billy Graham que sirve en Lviv. Era adicto a las drogas y enfrentaba una condena por un delito que no había cometido.
Sentado en el Hospital de Campaña de Emergencia, Pavlo era escéptico con respecto a los cristianos porque había sido herido por personas de la iglesia que vivían como si no conocieran a Dios. Pero descubrió que el personal que servía en la clínica era muy diferente a los cristianos que había conocido en el pasado. Incluso le dieron un par de zapatos que necesitaba.
Esto ayudó a Pavlo a ver que Dios realmente siempre provee. El capellán tuvo la oportunidad de explicarle que, aunque la gente pueda causarnos dolor, Jesús nunca lo hará. Pavlo decidió poner su esperanza más allá del hombre y fijar sus ojos solamente en Cristo.
Por fin libre
Después de que un médico examinara a Bohdan*, el personal se dio cuenta de que le vendría bien recibir apoyo espiritual para el trauma. A Bohdan le presentaron a un capellán de Billy Graham, y le contaron que había vivido en la región del Donbás, donde el conflicto ha causado estragos durante ocho años.
Su trabajo había consistido en entrar a los tanques y vehículos militares a retirar los cuerpos de los soldados muertos. Incluso cuando su padre murió en un hospital, Bohdan no pudo enterrarlo porque era demasiado peligroso. Bohdan dijo que ya no llevaba una vida normal. Le pesaba demasiado todo lo que había presenciado.
El capellán empatizó con él, y le dijo que Dios le ama tanto que envió a Jesucristo a morir en la cruz por él. Bohdan buscaba desesperadamente la clase de liberación del sufrimiento que solo Jesús puede ofrecer. Inmediatamente, oró y aceptó a Jesús como su Señor y Salvador, y dijo que por fin «se sentía libre».
Perdió a su madre pero ganó un Padre
Olek* le contó a un capellán que había vivido en una zona que quedó destruida por los ataques y que había perdido a su madre durante el conflicto. El capellán le habló de Jesús y Olek decidió iniciar una relación con Él. Mientras lloraba la pérdida de su madre, había encontrado una nueva relación con nuestro Padre celestial.
Libre de la prisión
Aunque Symon* ya había oído el Evangelio y lo había recibido anteriormente, su fe se había enfriado. Pasó muchos años en la cárcel y fue adicto a las drogas durante un tiempo, le contó a un capellán mientras estaba en el Hospital Móvil de Emergencia.
Y ahora, su ciudad natal estaba destruida y sus condiciones médicas le impedían alistarse en el ejército. No pudo contener las lágrimas al pensar que ahora estaba solo mientras su familia permanecía en la zona de conflicto.
En medio de la conversación, el capellán le habló acerca de Jesús, el Único que podría perdonarlo y siempre estará ahí para ayudarle. Symon dijo que, una vez más, quería entregar su vida al Señor. Mientras el capellán oraba por él, Symon levantó las manos y alabó a Jesús. Ahora era libre. Ya no estaba encadenado a su pasado.
>> ¿Estás tú también dispuesto a rendir tu vida a Dios? No tienes que enfrentar la vida solo. Jesús está esperando.
*Nombres cambiados por privacidad.