Un recordatorio a los agotados capellanes ucranianos: ‘No están solos’

La solemnidad y la realidad de la guerra son evidentes en Ucrania.

Las campanas de las iglesias no suenan desde hace más de un año. Las luces parpadean silenciosamente mientras los vehículos de emergencia circulan por las calles, con las sirenas silenciadas para no alarmar falsamente a los tensos ciudadanos. Es difícil viajar al interior del país. El espacio aéreo está reservado solo al tránsito de aviones de combate, por lo que la entrada de otros aviones no está permitida.

A principios de este mes, un grupo de capellanes del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT) ayudó a dirigir la conferencia «No estás solo», que tuvo lugar en el oeste de Ucrania y atrajo a cientos de capellanes de todo el país para una capacitación de tres días sobre cómo ministrar a sus comunidades heridas y cansadas a causa de la guerra.

En la última etapa de su viaje —un trayecto de 12 horas desde Cracovia, Polonia, hasta el lugar de la conferencia—, los capellanes del BG-RRT se encontraron con múltiples puestos de control militar que les recordaron que no eran tiempos normales.

Scott Holmquist, subdirector de desarrollo y apoyo a capellanes del BG-RRT, recuerda que una mañana en Ucrania se despertó bruscamente a las 2:20 a.m. por el estruendo de un ataque con aeronaves no tripuladas.

El temor de que surja otro ataque es constante, lo que deja a la gente mentalmente agotada y en estado de máxima alerta. Vitaliy, coordinador de los capellanes de Billy Graham en Ucrania, y su esposa, Maria, se turnan para dormir por la noche, de modo que uno de los dos siempre esté preparado en caso de que surja un ataque. Dijo que sus hijos están estresados por tener que evacuar y dirigirse al sótano cuando suenan las sirenas en el colegio.

«Todo el país se ha visto afectado», explicó Josh Holland, director internacional de BG-RRT, tras regresar de la conferencia «No estás solo». «El ambiente es muy sombrío».

Funcionarios del gobierno que normalmente llevarían traje y corbata han vestido uniformes militares, señal del tiempo de guerra por el que está atravesando su país. En varios puestos de control, los hombres ucranianos de entre 18 y 60 años podrían ser reclutados por el ejército en cualquier momento, y ya no se les permitiría salir del país.

El capellán Jo Rozier sirvió en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, y por eso tiene conciencia exacerbada de su entorno mientras ejerce su ministerio en Ucrania. En una zona, estaba lo bastante cerca como para escuchar los combates.

Su esposa, Susan, veterana de las Fuerzas Aéreas, dijo que algunas partes del país pueden parecer intactas, pero siempre hay una amenaza. «Aunque en la superficie parezca que todo es normal, no lo es», dijo.

Durante la conferencia, un joven capellán ucraniano contó que él y su mujer vivían cerca del frente de guerra, por lo que se vieron obligados a abandonar la zona. Ahora los soldados tienen ocupado el apartamento que alquilaban, y la pareja no sabe si alguna vez podrán volver a casa.

Sin embargo, en medio de esta oscuridad, Dios se está moviendo.

Los capellanes del BG-RRT coinciden en que llevar a cientos de compañeros capellanes de diversas organizaciones a salvo al mismo destino en Ucrania constituye en sí una prueba de que el Señor está actuando.

«Celebrar una conferencia de capellanes en un país en guerra es bastante inusual», afirmó Holland.

Durante tres días, más de 350 capellanes se sintieron animados y renovados espiritualmente, y muchos expresaron una y otra vez su gratitud por una capacitación como esta.

Al darse cuenta del impacto positivo de estas sesiones, algunos funcionarios de gobierno han pedido más capacitación por parte de los capellanes en sus respectivos departamentos gubernamentales.

Las recientes sesiones de capacitación giraron en torno a la verdad de 1 Corintios 15:58, que dice: «Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano» (NVI).

Vitaliy dijo que está agradecido de que los capellanes que asistieron a la conferencia puedan ahora «unir sus fuerzas y ayudar a otros con mayor eficacia».

Mykhailo, otro capellán, tuvo que atravesar el país para asistir a la conferencia, la cual terminó justo un día antes de su boda. Dijo que a los capellanes como él les ayuda saber que «no están solos [en el ministerio]» y que está «asombrado» por toda la gente de Estados Unidos que ora por su país.

Una de las ponentes de la conferencia, Diana, habló de cómo perdió a su marido, Anatoly, quien murió en una explosión mientras ayudaba a evacuar a la gente de Kyiv. Habló de la fidelidad del Señor incluso en medio de la más terrible pérdida, y compartió cuáles fueron las formas más útiles en que otras personas la apoyaron en su dolor.

Durante su estancia en Ucrania, un capellán de BGEA acompañó a otro capellán a casa de Olena*, madre de siete hijos que perdió a su marido recientemente. Su marido murió mientras intentaba sacar a civiles de una zona peligrosa de Ucrania. Su vehículo fue acribillado a balazos e incendiado por las fuerzas enemigas.

«Siempre cumplió su palabra y, si pudiera, ayudaría a todo el mundo», dijo Olena acerca de su esposo en una publicación en internet. «Ahora las obligaciones del hombre principal de nuestra familia las ha asumido el hijo mayor».

Los capellanes pasaron tiempo con esta devastada familia, oraron con ellos y simplemente les hicieron saber que no están solos.

Cuando ores por Ucrania, por favor recuerda estas peticiones concretas:

• Ora por fuerza, resistencia y protección mientras la gente vive en medio del dolor, el sufrimiento y las noches en vela, bajo la amenaza constante de los ataques.

• Ora para que los capellanes no se cansen mientras sirven a otros, sino que perseveren en el gozo y la paz de Cristo.

• Ora para que Dios atraiga a muchos a la fe verdadera en Jesucristo por medio del ministerio de los capellanes, y por cualquier otro medio. 

*Nombres cambiados por privacidad.