En cuanto Will Graham subió al escenario el sábado por la noche, compartió un mensaje que lo conectó emocionalmente con su audiencia.
«Esta es una noche muy emotiva para mí».
No solo se encontraba de vuelta en la zona donde nació cerca de Longmont, Colorado, sino que también había vivido una de las semanas más duras de su vida. La región donde creció y a la que ahora llama hogar, el oeste de Carolina del Norte, quedó destrozada por el huracán Helene.
«Tengo empleados que ahora mismo no tienen casa. Tengo un montón de amigos que no tienen casa», dijo el evangelista con el corazón roto. «No hay agua. No hay electricidad. No hay comunicación.
»Setenta personas han muerto en mi condado. Un hombre perdió a diez miembros de su propia familia. Nunca se dieron cuenta de que esa noche iba a ser su última noche».
Will Graham ha compartido el Evangelio por todo el mundo, y cada esfuerzo se concentra en un solo momento en específico: el momento en que el público responde y decide poner su fe en Jesucristo. Y lo mismo ocurrió ambas noches del evento Look Up Celebration en Loveland, Colorado.
Sin perder tiempo, Will Graham invitó a los asistentes a la celebración a pensar en que, así como los habitantes de Carolina del Norte, nadie sabe cuando llegará su último momento en la tierra. Y les ofreció las Buenas Nuevas que les dicen qué es lo que deben hacer exactamente para estar preparados.
Leyendo de la Biblia en Judas 1:11, dijo: «Ay de los que siguieron el camino de Caín».
Caín pensó que podía acercarse a Dios como él quisiera, llevándole al Señor una ofrenda de sus cosechas, explicó Will Graham. Sin embargo, era necesario un sacrificio de sangre. En última instancia —dijo Graham— fue Jesucristo quien ofreció un sacrificio de sangre perfecto en la cruz, dando su propia vida para pagar la pena por todos nuestros pecados.
«Todos inventamos nuestra propia manera de que Dios nos acepte», dijo. «La Biblia dice que solo hay un camino para llegar a Dios. Jesús dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida… nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6).
Oír la voz de Dios
«Puede que Dios esté llamando a la puerta de tu corazón y quiera entrar», dijo Will Graham el domingo por la noche. «Sientes que tu corazón va a explotar».
Jack y Austin sentían justamente eso. Los dos amigos adolescentes sabían muy poco de qué se trataría el evento. Austin había oído hablar del mismo por unos amigos, pero ni él ni Jack habían ido a la iglesia en años. Austin, de 18 años, llamó a Jack, de 17, que vive en el pueblo vecino de Loveland, y le dijo «de esta cosa de Billy Graham con música en vivo y un mensaje de esperanza».
Y esa noche fue su noche de salvación. Dios les habló directamente a los dos amigos.
Shan Hager sabe lo que significa escuchar la voz de Dios, y el impacto que vivir esta experiencia tiene en tu vida. Hace cinco años, sintió claramente que Dios lo llamó a abandonar por completo su exitoso negocio en un consultorio médico para dedicarse al ministerio a tiempo completo.
Después de luchar durante un año con la idea, Shan finalmente le dijo a su esposa lo que Dios había venido hablando a su corazón. Y no es algo fácil cuando tienes cinco hijos menores de 12 años.
«Mi esposa me dijo que confiara en Él, sin importar lo que Él pidiera», dijo Shan.
Shan, que ahora es pastor asociado en Johnstown, sirvió el domingo por la noche como voluntario de oración en la Celebración y sintió el llamado de Dios para hablar y orar con Austin y Jack.
Enseguida supo que Dios estaba obrando en el corazón de ambos jóvenes. A pesar de haber crecido en la iglesia, Austin tomó la decisión de entregar su corazón a Cristo esa noche, mientras que Jack decidió rededicar su vida a Él.
«Cuando Jack me estaba diciendo la historia de su nuevo compromiso con Cristo, se podía ver el gozo y la calma», explicó Shan. «Y Austin escuchó en su corazón que Dios le estaba pidiendo que se acercara, que viniera a su presencia.
«Le pregunté a Austin si alguna vez había escuchado la voz de Dios, y me dijo: “No, hasta esta noche no”, y lo vi… lo vi en sus ojos. Todo su cuerpo cambió».
«Hay un momento en el que te rindes y [Dios] pone Su Espíritu en ti», dijo Shan. «Él nos habla directamente, sin sombra de duda. Ese es el momento de la salvación».
Un vaquero me llevó a Cristo
Dan, un voluntario de oración que asiste a la iglesia Country Gospel Cowboy Church en la cercana ciudad de Johnstown, dejó sus pesadas botas de vaquero y su vestimenta del oeste en casa, a pesar de que esa es su vestimenta habitual para ir a la iglesia.
Sin embargo, tal vez eso le ayudó a conectar con Nick, un joven de 15 años de Longmont que estaba «muy interesado» el sábado por la noche.
«Quiero tomar una decisión por Jesús esta noche», dijo Nick, uno de los primeros en llegar al frente en respuesta a la invitación de Will Graham.
Dan acompañó a Nick a buscar a su padre, quien orgulloso rodeó a su hijo con el brazo mientras Dan oraba por Nick. Dan también le ofreció una Biblia nueva para ayudarle a comenzar su vida en Cristo.
Nick no dudó ante la oferta: «Creo que la voy a aceptar».
‘Dios usó a estos dos niños’
Tina se emocionó hasta las lágrimas al observar a la multitud el sábado por la mañana.
KidzFest, un programa especial centrado en el Evangelio y dirigido a los niños, estaba por terminar, mientras Tina observaba con orgullo cómo sus dos nietos (Donnie, de 16 años, y Bella, de 14) terminaban de hablar con niños más pequeños que habían respondido al mensaje de las Buenas Nuevas.
«Llevo orando por estos niños desde antes de que nacieran», dijo Tina, refiriéndose a sus nietos.
Los hermanos se enteraron de la oportunidad de ser voluntarios de oración para el evento evangelístico Look Up Celebration en el grupo de jóvenes. Completaron con entusiasmo el Curso de Vida y Testimonio Cristiano de la Billy Graham Evangelistic Association, que prepara a las personas para vivir con valentía su fe y compartirla con los demás.
Cuando los niños se acercaron a tomar decisiones por Cristo en KidzFest, Donnie oró con Ezekiel. Bella oró con Nea.
«Me dijo que había aceptado a Jesús en su corazón», dijo Donnie, contando lo nervioso que estaba por orar con Ezequiel, porque sabía que estaba tomando una decisión Cristo que cambiaría su vida. Antes de decir adiós, Donnie oró por su nuevo hermano en Cristo.
Bella estaba un poco más relajada. «Fue muy divertido», dijo. «El Señor me dio todo lo que tenía que decir».
Tina —o «Nina», como la llaman sus nietos— actualmente es quien cría a Donnie y Bella, pero también ha tenido el honor de llevarlos a ambos al Señor. Incluso bautizó a Donnie en un abrevadero de caballos al aire libre durante la pandemia.
«Son una bendición», dice Tina con lágrimas en los ojos. «Dios usó a estos dos niños».
Por favor, ora por cada uno de los nuevos creyentes en el norte de Colorado, para que sigan creciendo firmemente en su fe.
