Como cristiano, ¿debería de ser amigo de personas no creyentes?

La gente me dice que tengo que dejar de relacionarme con algunas amistades solo porque no comparten mi fe. Me gusta mucho pasar tiempo con ellos, pero después me siento culpable por las cosas que hice para ganar su aceptación. ¿Cómo puedo resolver este conflicto interno?


La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.

La Biblia menciona tres enemigos: el mundo, la carne y el diablo. Se combinan para formar un poderoso adversario que busca derrotar y frustrar el plan y el propósito de Dios en la vida de sus hijos.

La palabra «carne» es la palabra bíblica para nuestra vieja naturaleza, la naturaleza del pecado. El apóstol Pedro conocía bien la lucha contra la carne y aconsejó a sus oyentes: «que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida» (1 Pedro 2:11).

Tenemos dos naturalezas en conflicto, y cada una lucha por la victoria. La Biblia enseña que: «Esta [la naturaleza pecaminosa] desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella» (Gálatas 5:17). La carne es el enemigo, infiltrado en nuestra vida, que provoca la batalla entre la vida propia y la vida de Cristo. La vieja naturaleza no puede agradar a Dios. No puede ser reparada. Sin embargo, las Escrituras nos dan una gran esperanza en este conflicto, porque cuando Cristo murió, nos llevó con Él a la cruz.

El apóstol Pablo dijo que él no ponía su confianza en la carne (Filipenses 3:3). También dijo: «… no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa» (Romanos 13:14). En otra ocasión dijo: «Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer…» (1 Corintios 9:27, RVA-2015). Debemos rendirnos completamente y entregar nuestra vida a Dios. La vieja naturaleza puede ser derrotada. Podemos, por fe, considerarnos muertos al pecado, pero vivos en Cristo (Romanos 6:11). Sí se puede obtener la victoria.

Esta columna está basada en las palabras y escritos del difunto reverendo Billy Graham.

>> ¿Has entregado tu vida a Cristo? Puedes hacerlo ahora mismo.