¿Cómo puedo vencer los efectos del abuso que sufrí en mi infancia?


El abuso es una de las experiencias más traumáticas y aterradoras que le puede suceder a un niño. Sin embargo, Dios puede sanar esos recuerdos, y por su gracia, dar el poder para vencer y vivir victoriosamente.

Si tú ya has recibido a Cristo como tu Salvador, la Biblia dice que puedes depositar esta pesada carga en el Señor Jesús (1 Pedro 5:7). Pero si nunca has tomado la decisión de rendir tu vida a Cristo, te instamos a que te entregues a Dios, confesando tus pecados, arrepintiéndote, e invitando a Jesús a entrar en tu vida como Salvador. Al hacer esto, llegarás a ser miembro de la propia familia de Dios (ver Juan 1:12).

Cuando comprometemos nuestros corazones y nuestras vidas al Señor, Él promete sacar bien del mal. Romanos 8:28 dice: «Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que Él ha llamado de acuerdo a su propósito». Nosotros los que conocemos al Señor, todavía estamos aprendiendo que Dios puede tomar todo lo que sucede en nuestras vidas, no importa cuán trágico sea, y transformarlo para su gloria y para nuestro bien. Él hace exactamente eso cuando nos comprometemos totalmente con Él.

No es raro que las víctimas de abusos carguen las cicatrices emocionales y esos recuerdos por mucho tiempo. A menudo, las víctimas tornan su ira y frustración hacia dentro: hacia sí mismos. Estas emociones luego se transforman en sentimientos injustificados de culpa, miedo y baja autoestima.

La consejería puede ser muy útil en el proceso de superar dichas emociones. Dentro de los Estados Unidos, los servicios de referencia y consejería para las víctimas de abuso infantil, pasadas o presentes, y para aquellos involucrados en este tipo de situación, están disponibles en la Línea Directa Nacional de Abuso Infantil, Childhelp EE.UU., North 15757 78th Street, Scottsdale, Arizona 85260, teléfono gratuito: (800) 4 A-CHILD.

Solo en Dios encontrarás el consuelo y la paz que estás buscando. La Biblia dice: «Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón» (Salmo 37:3-5). Entrégale tu pasado, presente y futuro al Señor. Confía en Él para llenar tu vida de paz, alegría y fe mientras lees su Palabra y oras diariamente. Además, participa activamente en una iglesia que predique y enseñe el Evangelio. Allí podrás recibir la ayuda, consejería y ministerio de un pastor, y el compañerismo de otros cristianos.