Cuanto más veo las noticias, más convencido estoy de que la Biblia tiene razón al predecir la condición del mundo en el fin de los tiempos. ¿Por qué tanta gente culpa a Dios por los problemas que crea la raza humana?
La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.
Cuando Jesús enseñó sobre el final de los tiempos, habló de una sociedad impía y secular. Habló también de lo peligrosas que son las herejías utilizadas por aquellos que tratan de pervertir la verdad del mensaje que él mismo comunicó. Este es un retrato realista de nuestros tiempos.
A veces nos preguntamos dónde está Dios durante las tormentas de la vida, o en todos los problemas del mundo. ¿Dónde está Dios? ¿Por qué no detiene el mal? La Biblia nos asegura que Dios abolirá el mal cuando Cristo vuelva. No es de extrañar que las Escrituras digan acerca de Jesús que:
Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre
que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla
en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.
Filipenses 2:9-11
Jesús no nos dijo cuándo volverá y también dijo que no debemos especular al respecto. Sin embargo, advirtió que podemos estar atentos a ciertas señales (ver Mateo 24). Estas «señales de los tiempos» se describen a lo largo de las Escrituras, y crean un retrato sorprendente del final de los tiempos.
Pero existe una maravillosa seguridad para quienes hemos puesto nuestra confianza en la persona de Jesucristo. Todo el mundo debe hacerse la pregunta: «¿Dónde estaré cuando llegue el final de los tiempos?». Los que han sido salvos por medio de la fe en Jesús (Juan 3:16, Efesios 2:8-9) serán librados de toda condenación (Romanos 8:1-2). Pero los que han decidido rechazarlo y no creer en Él, enfrentarán juicio y condenación (Juan 3:18). Debemos tener conciencia de las consecuencias de nuestra elección y estar preparados para este momento crucial de la eternidad.
Esta columna está basada en las palabras y escritos del difunto reverendo Billy Graham.