¿Es el cielo un lugar real?

¿Es el cielo un lugar real, un estado mental, o más bien como un sueño?


La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.

El cielo es un lugar real. No es un mundo imaginario o una tierra de fantasía en la cual vivir.

Dios creó el cielo con una amplia gama de características auténticas (Génesis 2:1). Tras su resurrección, Jesús no ascendió a un sublime mundo de ensueño, sino que regresó para sentarse a la diestra de Dios (Marcos 16:19). Abraham no se aferró a la promesa de vivir en un estado mental; más bien, esperaba «… la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor» (Hebreos 11:10, NVI).

Los héroes de la fe del Antiguo Testamento anhelaban un lugar literal: «… anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad» (Hebreos 11:16). Jesús le dijo a sus discípulos: «Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy» (Juan 14:4). Ese lugar es el cielo, y Cristo nuestro Salvador está allí ahora, preparándose para nuestra llegada.

Confiar en que el cielo es un lugar real es importante, pero es aún más importante que sepamos cómo llegar allí. La única vía para llegar ahí es el plan de salvación del Evangelio. Jesús dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida… Nadie llega al Padre sino por mí» (Juan 14:6).

Por naturaleza, las personas buscan tener un hogar. Mucho mejor que cualquier sueño que puedas imaginar será la transformación sobrenatural que experimentará el pueblo de Dios en su hogar celestial. Espero verte allí.

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