¿Es cierto que el cristianismo es diferente de cualquier otra religión?
La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.
En el centro del cristianismo está la persona de Jesucristo, no la práctica de la religión. Jesús, el Hijo de Dios, es la figura central. Muchas personas hacen otras afirmaciones. Los ateos dicen que no hay Dios. El politeísmo podría permitir que Jesús sea uno de sus muchos dioses. Sin embargo, cuando las personas son salvadas del pecado por el sacrificio que Jesucristo hizo en la cruz, su corazón debe apartarse de todos los demás dioses y volverse al único y verdadero Dios vivo, como lo revelan las Escrituras.
Como creyentes en Jesús el Salvador y embajadores de Cristo, compartimos con valentía la rotunda convicción del apóstol Pedro cuando afirmó: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (Mateo 16:16). El título Cristo significa «ungido». Es el término en griego para la antigua palabra hebrea Mesías: el ungido que Dios enviaría para salvar a su pueblo. Pedro y sus compañeros judíos, los primeros creyentes de la iglesia cristiana primitiva, reconocieron a Jesucristo como el Mesías prometido en el Antiguo Testamento.
Mientras los líderes mundiales luchan con problemas insuperables y las tormentas se acumulan alrededor del mundo, resalta más el brillo de Aquel que proclamó: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12). Él es «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29). Es el Mesías prometido al antiguo Israel. Es la esperanza de los desesperanzados y de los gentiles desamparados, lo que incluye a la mayor parte de la población del mundo. ¡Qué glorioso es nuestro Salvador!
Esta columna está basada en las palabras y escritos del difunto reverendo Billy Graham.