Si todos nuestros pecados son perdonados, ¿por qué dice la Biblia que tendremos que presentarnos ante Dios para ser juzgados? ¿Esto significa que creer en Jesús y poner nuestra confianza en Él como nuestro Salvador no es suficiente?
No, no significa eso. Una de las verdades más importantes que encontramos en la Biblia es que, cuando Jesús murió en la Cruz, todos nuestros pecados fueron transferidos sobre Él, y cuando ponemos nuestra fe y confianza en Él, somos perdonados gratuita y completamente. La Biblia dice: «Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados» (Colosenses 2:13).
Por esta razón, no debemos temer el juicio de Dios una vez que hemos rendido nuestras vidas a Cristo puesto que, a través de Él, hemos sido lavados de todos nuestros pecados. Todos merecíamos el justo juicio de Dios, porque somos culpables de haber incumplido su ley; sin embargo, Cristo cargó con todos nuestros pecados y padeció el juicio que nosotros merecíamos. Como dice la Biblia: «Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en Él recibiéramos la justicia de Dios» (2 Corintios 5:21).
¿Por qué entonces los creyentes deberemos presentarnos delante de Dios para ser juzgados? La razón es para que Dios pueda recompensarnos por lo que hayamos hecho por Él. La Biblia no detalla cuáles serán esas recompensas, pero nos recuerda que deberemos rendirle cuentas acerca de nuestra forma de vivir. Nuestra más grande recompensa sin embargo, será escucharlo decir: «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! … ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!» (Mateo 25:33).
¿Es tu objetivo servirte a ti mismo, o servir a Cristo? Asegúrate primero de tener un compromiso exclusivo con Él, y después, ponlo en primer lugar en todo lo que hagas.