Mis padres nunca quisieron saber nada de Dios y de esa forma me criaron. Sin embargo, hace unos meses, acepté a Jesús en mi vida gracias a una amiga cristiana y ahora me estoy involucrando con su iglesia. Ellos dicen que debo bautizarme, pero yo no entiendo por qué necesito hacerlo.
La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.
Estoy seguro de que tu pastor va a estar feliz de explicarte por qué es importante que te bautices, no solo porque es un requisito para ser miembro de la iglesia, sino por la importancia espiritual que tiene.
Aunque las iglesias entienden algunos aspectos del bautismo de manera distinta, todas se toman en serio la orden que Jesús le dio a los suyos con respecto al bautismo. Justo antes de ascender al cielo, Jesús declaró: «Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mateo 28:19). El Nuevo Testamento a menudo relata que hombres y mujeres, tras entregarle sus vidas a Cristo, se bautizaban como símbolo y muestra de su entrega (por ejemplo, Hechos 8:36‑38).
El bautismo es una muestra exterior y pública de nuestro compromiso interno con Dios. También es una muestra de lo que Cristo ha hecho por nosotros: así como el agua lava la suciedad de nuestros cuerpos, Jesucristo lavó la «suciedad» de nuestros pecados con su sangre, derramada por nosotros en la cruz. El bautismo nos recuerda lo que Dios ya hizo en nuestro corazón a través del Espíritu Santo: «Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo» (Tito 3:5).
Gracias a Dios, ahora eres parte de la familia de Dios a través de la fe en Cristo. Ahora, haz un compromiso público por medio del cumplimiento del sacramento del bautismo.