¿Por qué parece que Dios bendice a algunas personas incluso cuando no tienen nada que ver con Él? Algunas de las personas más prósperas que conozco no son religiosas, pero eso no les ha impedido tener mucho éxito.
¿Alguna vez te has preguntado cómo definiría Dios el éxito? Generalmente, solemos decir que una persona es exitosa si tiene dinero o poder. Sin embargo, Dios no define el éxito como lo hacemos nosotros, y su perspectiva es muy distinta a la nuestra.
El éxito a los ojos de Dios tiene que ver con nuestro carácter y con nuestra fidelidad a la voluntad de Dios. Jesús no fue exitoso en un sentido material, ni tampoco fue social o políticamente poderoso. Y aún así, a los ojos de Dios Él fue completamente exitoso, porque «Él fue fiel al que lo nombró» (Hebreos 3:2). Dios lo envío al mundo para salvarnos de nuestros pecados a través de su muerte en la cruz, y Él fue exitoso porque hizo exactamente lo que Dios le mandó que hiciera.
Verás, una persona puede ser muy exitosa a los ojos del mundo y al mismo tiempo ser un fracaso a los ojos de Dios. Esta es la razón por la cual el éxito material no es necesariamente una señal de la bendición de Dios. Sí, en ocasiones lo es; Dios llama a algunas personas a posiciones de riqueza o influencia. Pero generalmente no es más que una señal de que una persona tiene una actitud egoísta, o incluso una señal de avaricia.
¿Cuál es tu propósito en la vida? ¿Alcanzar el éxito a los ojos de los demás o a los ojos de Dios? Algún día esta vida terminará, razón por la cual Jesús dijo, «acumulen para sí tesoros en el cielo» (Mateo 6:20). Comienza hoy mismo a acumular tu propio tesoro en el cielo al permitir que Cristo sea el Salvador de tu vida y el Señor de tu corazón.