7 lecciones de vida que Billy Graham aprendió de su madre

Billy Graham y su madre, Morrow Graham.

«La influencia de una madre en la vida de sus hijos no se puede medir. Ellos conocen y absorben su ejemplo y sus actitudes en cuestiones de honradez, templanza, bondad y diligencia». 

—Billy Graham

Ahora que se acercan las celebraciones por el Día de la Madre, reunimos siete lecciones que Billy Graham aprendió de su madre, Morrow, quien falleció en 1981, 37 años antes que su amado hijo.

1. Hay dignidad en el trabajo arduo

Esta fue la primera foto de Billy Graham. Fue tomada en 1919 y se le ve en los brazos de su madre cuando tenía 6 meses.

«Me enseñaron que la pereza era uno de los peores males, y que había dignidad y honor en el trabajo», escribió Billy Graham en su autobiografía, Tal como soy.

Desde muy pequeño, Graham vio a su madre trabajar duro por su familia, ya fuera cortando leña para la estufa o llevando la contabilidad de la granja familiar.

«Mi madre era una mujer que trabajaba con las manos», dijo Billy Graham en una ocasión.

«El día que yo nací ella estuvo cosechando toda la mañana, y yo nací cerca de las cuatro de la tarde.

»En Proverbios dice [ella] “gustosa trabaja con sus manos”. Durante los años de la depresión, mi madre trabajó en la granja, además de encargarse de llevar los libros [de contabilidad] y contestar los teléfonos».

2. Las oraciones de una madre son poderosas

«Qué consuelo era para mí saber que, estuviera donde estuviera en el mundo, mi madre oraba por mí», dijo Billy Graham.

Desde que era niño, sus padres oraban a menudo y con fervor por él y sus hermanos.

«Cada vez que mis padres oraban por sus hijos e hijas, declaraban su dependencia de Dios para obtener la sabiduría, la fuerza y el valor necesarios para llevar el control de la vida, independientemente de las circunstancias», escribió.

«Más allá de eso, oraban por sus hijos, para que entraran en el reino de Dios».

Morrow Coffey Graham, madre de Billy Graham, con sus hijos el 28 de febrero de 1971. De izquierda a derecha: Jean, Melvin, Billy y Catherine.

3. Dedica tiempo a la Palabra de Dios todos los días

Billy Graham era el mayor de cuatro hermanos. Aquí aparece con sus padres y hermanos en el exterior de la casa de su infancia, en Charlotte, en 1962.

«Ella y mi padre no tenían muchos estudios… pero mi madre era una mujer de Dios», dijo Billy Graham el Día de la Madre en 2003.

En su autobiografía Tal como soy, el Sr. Graham escribió: «Cuando [mis padres] leían juntos la Biblia familiar en nuestra casa, no se limitaban a seguir un ritual piadoso. Mi madre nos contó que ellos habían establecido un altar familiar para leer la Biblia todos los días desde el primer día que se casaron.

»Aceptaban el Libro como la mismísima Palabra de Dios, buscando y obteniendo ayuda celestial para mantener unida a la familia».

Con respecto a su madre, también dijo: «Se ocupaba de que nos reuniéramos con frecuencia y regularidad, y no solo alrededor de la mesa para cenar o delante de la radio para escuchar nuestras emisiones favoritas. Nos reunía en torno a ella y a mi padre para escuchar relatos bíblicos, unirnos en oraciones familiares y compartir la sensación de la presencia de Dios».

4. Es bueno comenzar a leer a una edad temprana

«En casa, desde mi más tierna infancia, mi mamá me animó a adquirir el hábito de la lectura», escribió Billy Graham en Tal como soy.

«Las hazañas de Robin Hood en el bosque de Sherwood me fascinaban. Leí toda la serie de Tom Swift y los Rover Boys. Entre mis lecturas de aventuras favoritas estaban los libros de Tarzán; salían cada pocos meses. Apenas podía esperar a que saliera el siguiente, y mi madre siempre me lo compraba».

Su afición a la lectura se convirtió en una parte fundamental de su vida. El Sr. Graham leyó miles de libros, y era conocido por leer varios capítulos de la Biblia cada día. También escribió más de 30 libros, que han ayudado a innumerables personas a conocer, amar y comprender mejor a Dios.

5. Vale la pena luchar por el matrimonio

«De vez en cuando hubo tensiones entre papá y mamá que los niños no debíamos presenciar», escribió Billy Graham en su autobiografía. Pero nunca oyó a sus padres decir una sola mala palabra, y siempre encontraron la forma de solucionar sus desacuerdos.

«Mi madre y mi padre —sobre todo mi madre— podían enfadarse de vez en cuando cuando se les provocaba», escribió, «pero supieron enfrentar todas las tempestades y seguir navegando juntos».

La madre de Billy Graham,  Morrow Coffey Graham.

6. Incluso los mejores padres cometen errores

Billy Graham y sus hermanos crecieron en un hogar cristiano, pero sus padres no eran perfectos. Como todos los padres, cometieron errores. Un error bastante peligroso sucedió cuando Billy era niño.

«Una vez, cuando estaba enfermo, mi madre pensó que me estaba dando una medicina para la tos, pero en lugar de eso, me dio yodo», escribió en Tal como soy. Al darse cuenta de su error, la preocupada madre llamó rápidamente a su hermana, quien le dijo que le diera un poco de nata espesa de la granja lechera familiar para contrarrestar el yodo. Billy Graham dijo que ese fue un roce con la muerte.

7. Terminar bien

«Aunque el testimonio de la vida de mi madre ayudó a moldear mi vida y me enseñó cómo vivir, el testimonio de sus últimos años y su muerte me dieron una idea de cómo morir», escribió Billy Graham.

En sus últimos años, cuando su salud decaía tras la muerte de su marido, Morrow Graham se propuso orar y escuchar las Escrituras todas las mañanas.

«El 14 de agosto de 1981, abandonó tranquilamente esta tierra mientras dormía y entró en el Cielo», escribió Billy Graham.

«Cuando llegó la noticia, lloré y me alegré al mismo tiempo. De todas las personas que he conocido, ella fue la que más me influyó. Estoy seguro de que una de las razones por las que el Señor me ha dirigido y salvaguardado a lo largo de los años, así como a Ruth y a los niños, fueron las oraciones de mi madre y de mi padre».

Tú también puedes tener una influencia piadosa en tus hijos. Pídele a Dios que te dé sabiduría mientras estudias su Palabra, y ora incansablemente por ellos.  

¿Sabes con certeza si pasarás la eternidad en el cielo? Si no es así, pídele a Cristo que entre en tu vida hoy.

Billy Graham le entrega a su madre el primer trozo de la tarta en su cumpleaños número 60 en Charlotte, Carolina del Norte.