Ya no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos lo adorarán. —Apocalipsis 22:3
La Biblia indica que el cielo será un lugar de gran comprensión y conocimiento de cosas que nunca aprendimos aquí en este mundo. El señor Isaac Newton, cuando era anciano, le respondió a alguien que elogió su sabiduría: “He sido como un niño que juega a la orilla del mar, que se divierte al encontrar de vez en cuando un guijarro más suave que los demás o una concha más bonita, mientras el gran océano de la verdad se extiende sin descubrir ante mis ojos”. Thomas Edison mencionó una vez: “No conocemos una millonésima parte del uno por ciento de nada”. Muchos de los misterios de Dios, las angustias, las pruebas, las decepciones, las tragedias y el silencio de Dios en medio del sufrimiento se revelarán en el cielo.