Devolverle a Dios lo que es suyo


 
«Si alguien tiene suficiente dinero para vivir bien y ve a un hermano en necesidad, pero no le muestra compasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa persona?»
—1 Juan 3:17, NTV

Tú sabes que lo más difícil para ti es renunciar a tu dinero. Tu dinero representa tu tiempo, tu energía, tus talentos y tu personalidad completa convertida en moneda. Normalmente lo retenemos con todas nuestras fuerzas, sin embargo, tiene un valor incierto y no podemos llevarlo a la otra vida. La Sagradas Escrituras enseñan que solo somos mayordomos de todo lo que ganamos durante un tiempo. Si hacemos mal uso de nuestro dinero tal como lo hizo la persona que enterró su talento, traerá sobre nosotros el juicio más severo de Dios (Mateo 25:14-30). El diezmo es de Dios. Si lo usas para ti mismo, le estás robando a Dios. Debemos tomar el diezmo como norma; sin embargo, ir más allá del diezmo es una indicación de nuestro agradecimiento por los muchos regalos y dones que Dios nos ha dado. En medio de la tristeza y la angustia, esta vida tiene muchas bendiciones y gozos que han venido de la mano de Dios. Incluso nuestra capacidad de amar es un don de Dios. Mostramos nuestra gratitud a Dios al devolverle una parte de lo que nos ha dado.

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Oración de hoy

Dame un corazón generoso, Padre, para que no te devuelva de mala gana todo lo que es legítimamente tuyo.