«Mas a cuantos lo recibieron… les dio el derecho de ser hijos de Dios». —Juan 1:12
¿Quién puede describir o medir el amor de Dios? Dios es amor. Sin embargo, que Dios sea amor no significa que todo sea bonito, hermoso y feliz, ni que el amor de Dios no permita el castigo por el pecado. La santidad de Dios exige que todo pecado sea castigado; sin embargo, el amor de Dios ha provisto un plan de redención y salvación para los pecadores. Fue el infinito amor de Dios el que proporcionó la cruz de Jesucristo, la cual es el único medio por el que el ser humano puede obtener el perdón y ser limpiado de todo pecado. Fue el amor de Dios el que envió a Jesucristo a la cruz.
Sin importar qué pecado hayas cometido, sin importar cuán negro, sucio, vergonzoso o terrible sea tu pasado, Dios te ama. No obstante, el inmensurable, inconfundible e infinito amor de Dios, que llega a donde sea que se encuentre un ser humano, también puede ser rechazado completamente. Dios no se impone a nadie en contra de su voluntad. De ti depende creer. De ti depende recibir su amor. Nadie más puede hacerlo por ti.
Tu amor me inunda, Padre. A pesar de mi pecado, la muerte de Jesús en la cruz puede limpiarme de todo el pasado. Con toda humildad acepto el regalo de tu perdón, Señor.