«Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida». —Apocalipsis 21:6
Dios dice que solo aquellos que tienen hambre de justicia la recibirán. Dios no impone este maná celestial a nadie. Debes desearlo por encima de todo. Tu anhelo de Dios debe reemplazar todos los demás deseos. Debe ser como un hambre constante y una sed ardiente.
Dios todopoderoso, mi alma está sedienta y hambrienta sin la comida espiritual que Tú tanto deseas darme. Quita de mi vida todo lo que impida darte preeminencia.