Las cosas buenas son costosas


 
«En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo».
—Juan 16:33

No deberías esperar el camino más fácil, porque si lo haces, sin duda estás destinado a sufrir una desilusión. Toda persona que conoce la Biblia sabe que la vida cristiana se asemeja a una competencia atlética o a una guerra, y ninguna de ellas es fácil. Jesús les advirtió a sus seguidores que consideraran cuidadosamente el costo y, sin duda, eso no habla de un camino fácil. Sin embargo, no hay ninguna cosa buena que no tengan su costo.

La vida cristiana es la más gratificante, pero solo cuando realmente lo damos todo y hasta el final. Por el contrario, el cristiano más miserable es el que no quiere rendirlo todo y desea mantener un pie en el mundo, puesto que tiene todos los problemas, sin la comunión que viene a través de la rendición. A todo seguidor que lo rinde todo, Cristo le otorga abundancia de gracia con la que puede soportar toda tribulación y prueba, y con la que encuentra fuerza en medio de la debilidad.

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Oración de hoy

Nunca dejes que busque el camino más fácil cuando tú, Señor Jesús, lo diste todo por mí.