«El Dios que da la paz... por medio de Jesucristo... cumpla en nosotros lo que le agrada». —Hebreos 13:20-21
Cuando era niño, la radio apenas se estaba estableciendo. Nos reuníamos alrededor de un tosco equipo casero y girábamos los tres sintonizadores para establecer contacto con el transmisor. Muchas veces, el único sonido que salía del amplificador era el ruido de interferencia; pero sabíamos que en algún lado estaba la señal invisible. Si se establecía contacto y los sintonizadores estaban ajustados, podíamos oír una voz fuerte y clara. Después de mucho tiempo ajustando los sintonizadores, una voz distante se aclaraba repentinamente y una sonrisa de triunfo se iluminaba en los rostros de todos en la habitación. ¡Finalmente estábamos en sintonía!
En la revelación que Dios estableció entre Él y nosotros podemos encontrar una nueva vida y una nueva dimensión de vida, pero tenemos que sintonizar correctamente. Existe un nivel de vida más alto, el cual nunca hemos alcanzado. Hay una paz, una satisfacción y un gozo que nunca hemos experimentado. Dios está tratando de comunicarse con nosotros. Los cielos están llamando. ¡Dios está hablando! Que el ser humano escuche.