«El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; Él rescata a los de espíritu destrozado». —Salmos 34:18, NTV
En la economía de Dios, tienes que descender al valle del dolor antes de poder escalar las alturas de la gloria espiritual. Uno tiene que cansarse y agotarse de vivir solo, antes de buscar y encontrar la comunión con Cristo. Uno tiene que llegar al fondo de sí mismo antes de empezar a vivir. El llanto de insuficiencia es un llanto que llama la atención de Dios. La Biblia declara: «El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido» (Salmo 34:18). El día más feliz de mi vida fue cuando me di cuenta de que mi propia capacidad, mi propia bondad y mi propia moralidad no eran suficientes ante los ojos de Dios; y reconocí pública y abiertamente mi necesidad de Cristo. No estoy exagerando cuando digo que mi llanto se convirtió en gozo y mi suspiro en canto.