«Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». —2 Corintios 12:9, NTV
El director de un campamento cuyo propósito es llevar a jóvenes pandilleros a Cristo, afirmó: «Ser cristiano es lo más difícil del mundo. ¿Qué puede ser más difícil que amar a tu enemigo?».
Un joven, que se convirtió en un firme discípulo de Cristo en ese campamento, manifestó: «En este ambiente, todos somos hermanos y todos somos hombres. Fue muy difícil para mí al principio, pero luego escuché que, a través de Cristo, todo es posible. Y finalmente la aspereza desapareció. Pienso que un hombre no es un hombre, al menos no un hombre completo, hasta que llega a conocer a Jesucristo».
Sí, la vida cristiana es dura y difícil; pero también es desafiante. Vale la pena todo el precio de ser un seguidor de Jesucristo. Pronto descubrirás que la cruz no es más grande que su gracia. Cuando levantes la cruz de la impopularidad, dondequiera que estés, encontrarás que la gracia de Dios está allí y es más que suficiente para satisfacer todas tus necesidades.