Mi hermana está sufriendo porque está recibiendo varios ciclos de quimioterapia, y la verdad es que ella me da más felicidad a mí de la que yo pueda darle a ella. Está confinada en casa, pero se alegra mucho de que yo esté dispuesta a cuidarla. No sé cómo expresarle mi agradecimiento por la forma en que ella ministra a mi corazón. Desearía poder pensar en maneras de brindarle alegría.
La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.
A muchas personas postradas en cama les reconforta escuchar los grandes himnos que la Iglesia le ha cantado a Dios a lo largo de los siglos. Gracias a la tecnología actual, encontrarlos es posible. Hoy en día hay muchos recursos disponibles, no solo en música, sino también en grabaciones que contienen lecturas bíblicas, sermones devocionales e incluso audiolibros.
Edith Schaeffer, la viuda del difunto Francis Schaeffer, fue llamada a la habitación del hospital de su marido cuando se estaba muriendo de cáncer. Edith rodeó su cama con las cosas que él amaba y tocaba música en su habitación durante varias horas al día. Un día, mientras sonaba el «Mesías» de Händel, él entró tranquilamente en la presencia del Señor.
El cuidado de los enfermos puede traer grandes bendiciones, y a menudo los enfermos también pueden bendecir a otros. Es reconfortante saber de familiares que no solo oran por sus seres queridos, sino que también les escuchan orar con y por las personas que les brindan cuidados. ¡Qué gran testimonio es éste!
Hace años, un famoso senador comentó en sus últimos días: «La mejor terapia es la amistad y el amor». Lo más grande que alguien puede hacer por los enfermos es ayudarles a conocer la paz de Dios y la promesa de la eternidad con Él. Hay una gran alegría cuando los enfermos y las personas que les brindan cuidados son capaces de unirse en oración por la fuerza de Dios para «dar fruto en toda buena obra… y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación» (Colosenses 1:10-11).
Esta columna está basada en las palabras y escritos del difunto reverendo Billy Graham.