Mi curiosidad por la Biblia aumentó cuando me invitaron a un retiro en el Billy Graham Training Center at The Cove en Carolina del Norte sobre «disfrutar de la Biblia». Nunca había escuchado algo así. Fui al retiro y descubrí que es una verdad asombrosa. Nunca más veré la Biblia como un trabajo monótono o una obligación. ¡Estoy encantado!
La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.
Aprender a disfrutar de la Biblia es abrir la Palabra de Dios, leer su verdad y sentir su aplicación a la vida diaria. El Dios Todopoderoso se comunica con su pueblo a través de la oración y la infinita riqueza de su Palabra. Este es el secreto para aprender a caminar con el Señor cada día.
El cristiano se goza cuando, al final del día, puede mirar atrás y maravillarse al ver cómo Dios lo guió y lo dirigió. Pensar en el amor y la misericordia de Dios, y detenernos a ver todas las cosas buenas que Él ha hecho, nos lleva a agradecerle y alabarlo solo a Él. Incluso cuando las circunstancias han sido duras o el camino ha sido confuso, sabemos que Dios ha estado con nosotros todo el tiempo, y nos ha rodeado con su compañía y consuelo.
Recurrir a la Biblia nos da fuerza y sabiduría. Sus palabras han acompañado a los creyentes en Cristo en los buenos y en los malos momentos, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la victoria y en la decepción. La Palabra de Dios puede hacer lo mismo por todos los que decidan entregarle su corazón a Dios.
El libro de Juan es un buen punto de partida. «En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios… era en el principio con Dios» (Juan 1:1-2). Él, Jesucristo, es la Palabra y quienes lean sus verdades serán bendecidos.
Esta columna está basada en las palabras y escritos del difunto reverendo Billy Graham.