¿Está mal orar por ir al cielo?

¿Es malo si solo deseo irme al cielo?


La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.

No, no es malo. De hecho, si nunca anhelamos ir al cielo, eso podría significar que estamos demasiado satisfechos, o demasiado preocupados, con nuestras vidas terrenales en este momento.

Ahora bien, es fácil sentirnos tan abrumados por nuestros problemas que no podemos mirar más allá de lo que nos está sucediendo en este preciso momento. Sin embargo, las pruebas y dificultades deberían hacer que pongamos nuestros ojos en el cielo y en la esperanza que tenemos gracias a Cristo. 

El Señor está con nosotros a través de nuestros sufrimientos, y también nos está esperando del otro lado del túnel para cuando por fin salgamos del tiempo de prueba, a la luz de su gloriosa presencia para vivir con Él para siempre.

Recuerda esto: el cielo es nuestro verdadero hogar. Muchas veces sentimos nostalgia del cielo, especialmente en medio del pecado, los sufrimientos y las penas de esta vida. Sentimos un tirón en nuestras almas que no es otra cosa que una mezcla de nostalgia y anticipación.

A menudo me pregunto si Dios, en su soberanía, permite que tengamos una visión borrosa del aquí y ahora para que podamos enfocar nuestros ojos espirituales en el más allá. Pablo, que sabía lo que era sufrir, descubrió esta verdad en su propia vida: «Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno» (2 Corintios 4:18, NVI).

No dejes que las cargas y las dificultades de esta vida te distraigan o te desanimen. Mantén tus ojos firmemente fijos en lo que Dios ha prometido al final del viaje: el cielo mismo.

>> ¿Sabes si irás al cielo cuando mueras? Jesús murió por ti en la cruz para que pudieras saberlo con certeza.