Mi objetivo en la vida es divertirme aunque sea inmoral. ¿Por qué debería parar?

Mi objetivo en la vida es divertirme tanto como sea posible y eso es exactamente lo que estoy haciendo. Supongo que usted me condenará por ser inmoral o algo así, pero yo la estoy pasando bien y no tengo intención de cambiar.


La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.

Déjame preguntarte algo: si estás absolutamente convencido de que estás yendo por el camino correcto de la vida, ¿por qué me escribiste? ¿Será porque en el fondo no estás tan seguro como dices estar? ¿Hay algo en tu alma que te dice que tal vez no estés en el camino correcto, después de todo?

Espero que así sea, porque es verdad: estás en el camino equivocado. Sí, sé que puede ser difícil para ti admitirlo, pero oro para que tengas el valor de dar un paso atrás y examinar tu vida con honestidad. En este momento estás viviendo en egoísmo solo para ti mismo y eso, eventualmente, tendrá sus consecuencias. Soledad, vacío, debilidad física, adicción… estas penas y cientos de otras son las que esperan para atrapar a aquel que vive solo para los placeres de este mundo. En la Biblia, el autor del libro de Eclesiastés persiguió todos los placeres imaginables, simplemente para terminar vacío por dentro. Escribió: «Aborrecí entonces la vida… Realmente, todo es vanidad; ¡es correr tras el viento!» (Eclesiastés 2:17, NVI).

No dejes que eso te suceda a ti. En su lugar, enfrenta y acepta con honestidad el vacío que sientes en tu vida, y luego vuélvete al único que puede llenar tu vida con gozo y paz duradera: Jesucristo. Solo Él es «esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano» (Juan 1:9).

Dios te ama. Te ama tanto que quiere puedas conocerlo y que puedas estar con Él para siempre. No te engañes; no creas que encontrarás felicidad duradera en el camino en que estás ahora. Más bien, descubre el gozo más grande de la vida al entregarle tu vida a Cristo.