He decidido arriesgarme a no creer en Jesús. Al morir sabré si valió la pena.

Mi abuela insiste en que crea en Jesús para que tenga la certeza de que iré al cielo cuando muera; sin embargo, yo decidí que correré el riesgo y no me preocuparé por eso.


La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.

Déjame hacerte una pregunta: ¿tienes esa misma actitud con otros aspectos de tu vida? ¿Hay algo importante para ti y tu futuro que decides ignorar abiertamente y sobre lo cual te rehúsas a pensar? Lo dudo.

¿Por qué, entonces, te rehúsas a enfrentar el hecho más importante que alguna vez tendrá que llegar? Me refiero a la muerte. Te preparas para todo lo demás. ¿Por qué, entonces, no te preparas para tu muerte? La muerte no solo es el fin de esta vida: es el principio de una vida nueva, ya sea junto a Dios en el gozo del cielo, o en un lugar donde no hay esperanza alguna al que la Biblia llama «infierno». La Biblia nos advierte: «Está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio» (Hebreos 9:27).

El motivo verdadero por el que te niegas a pensar sobre esto, sospecho, es porque no quieres que Dios interfiera con tu modo de vivir. Y Dios, en su providencia, te da esa libertad. Sin embargo, un día te darás cuenta que, al no permitir que Dios interfiera en tu vida, en realidad vives una vida de esclavitud al pecado. La Biblia nos advierte: «De nada sirven ante el Señor la sabiduría, la inteligencia y el consejo» (Proverbios 21:30).

Sé agradecido por tu abuela. Si ella no te amara, no se preocuparía por tu salvación, pero sí te ama y por eso se preocupa. Y, sobre todo, Dios te ama. Él te ama tanto que Cristo dio su vida por ti. Enfrenta con honestidad la realidad de tu pecado y la necesidad que tienes de que Cristo sea tu Salvador. Descubre el gozo y la paz que solo Él nos puede dar a medida que nos arrepentimos por nuestros pecados y le abrimos nuestras vidas a Su poder transformador.

>> Obtén hoy la seguridad de que irás al cielo.