Algunas personas siguen instándome a votar, pero yo creo que es una pérdida de tiempo. Me importa el futuro de nuestro país y todo eso, pero no creo que un voto marque la diferencia. Además, Jesús nunca dijo nada sobre votar, ¿verdad?
La gente solía enviar una gran cantidad de preguntas a Billy Graham. Durante décadas, Él respondió a un sinnúmero de ellas en una columna periodística sindicada llamada «Mis Respuestas». Esta es una de ellas.
Jesús no vivió en una democracia. Las personas de su época no podían votar y no tenían opción de elegir quién los gobernaría. Décadas antes del nacimiento de Jesús, los romanos habían invadido esa parte del mundo y mantenían su poder por medio de la fuerza bruta.
Pero Jesús nos enseñó a ser buenos ciudadanos y a trabajar por un mundo mejor. La gente de su época no podía hacer mucho para cambiar su mundo, pero Él dijo que debían hacer lo que pudieran, y nosotros también. «Denle, pues, al césar lo que es del césar», dijo Jesús a sus oyentes cuando le preguntaron si debían pagar sus impuestos (Marcos 12:17). La Biblia también nos dice que oremos por quienes están involucrados en el gobierno, «para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna» (1 Timoteo 2:2).
Permíteme hacerte la misma pregunta que he hecho a otros que dicen que no van a ir a las urnas porque su voto no importa: ¿Qué pasaría si todo el mundo pensara como tú? Ya sabes la respuesta. Con el tiempo, nuestra democracia llegaría a su fin. No des por sentada la libertad que tienes para elegir quién te gobernará y no tomes a la ligera la democracia.
Pide a Dios que te guíe a la hora de votar, y haz el esfuerzo de acudir a las urnas cuando sea temporada electoral. Y una vez terminadas las elecciones, ora por los que han sido elegidos, para que busquen la voluntad de Dios para su nación, y la cumplan.