«Con amor eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia». — Jeremías 31:3, RVA2015
Esta es la primera parte de la serie Refrigerio para el alma cansada.
Las promesas están hechas para ser cumplidas, sin embargo, todos los días las vidas de muchas personas y sus familias se caen a pedazos a causa de promesas incumplidas. Sin embargo, las promesas de Dios nunca se rompen.
En la Biblia, Dios hizo miles de promesas a la humanidad. Hoy analizaremos una que te ayudará a confiar en todas las demás: Dios te ama.
El amor incondicional de Dios es excepcional. Este amor sobrenaturalmente profundo no se basa en sentimientos mutables, como lo hace el amor humano. Tampoco se basa en nuestras buenas obras. E incluso cuando fallamos, Dios no cambia su opinión sobre nosotros.
>>Un breve devocional de Billy Graham sobre el amor de Dios.
«A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer».
Proverbios 8:17, NVI
En su libro Experiencing God, Henry y Richard Blackaby lo explican de esta manera: «Dios te creó para una relación de amor con Él. Él anhela que lo ames y respondas a su inconmensurable amor por ti».
¿Cómo podemos responder? Debemos empezar orando para que Dios nos abra el corazón y perdone nuestros pecados. «Él quiere que le conozcas y le adores», escriben. «Sobre todo, quiere que le ames», porque no hemos sido diseñados para una relación unilateral.
Y tan alucinante como la idea de tener una amistad íntima y personal con tu Creador es esto: Él nos amó antes de que existieran el tiempo y el espacio, antes de crear el mundo.
Billy Graham comprendió la profundidad del amor de Dios y lo compartió con la gente en cada oportunidad. Escribió: «Hasta que no poseas realmente la verdadera paz con Dios, nadie podrá describirte sus maravillas [el amor de Dios]».
Un amor más fuerte que la muerte
Dios siempre nos ha amado, pero como Él es santo y nosotros somos pecadores, nosotros no podíamos estar en Su presencia. La única solución fue algo que para nosotros era inimaginable: enviar a su propio Hijo, Jesús, a morir en la cruz por nuestros pecados.
Era la única solución porque Dios no quería que muriéramos. Él deseaba salvarnos.
En su poema Amor más fuerte que la muerte, Ruth Bell Graham describió este sacrificio final:
No importa qué tan lejos una persona se aleje,
no importa lo grande que sea su pecado;
siempre existirá este camino de regreso a Dios.
Porque un amor así
es más fuerte que el pecado,
más fuerte que la misma muerte.
Al tercer día, Dios resucitó a su Hijo de entre los muertos.
Con este poderoso acto de amor
derrotó el pecado de la humanidad.
Cuando uno pasa por una crisis en la vida, muchas veces nos preguntamos por qué Dios permitió que eso sucediera.
«Tenemos que confiar en que, con el tiempo, Él nos ayudará a entender las cosas que no entendemos», escribieron los Blackaby en su libro. «Él es el Dios infinito; nosotros somos criaturas humanas limitadas. Él ve las ramificaciones eternas de todo lo que sucede. Nosotros no».
Es normal cuestionar a Dios en los momentos difíciles. Pero si realmente crees que Dios es amor, escriben, «también aceptarás que su voluntad es siempre la mejor».
Para comprender plenamente el amor de Dios, necesitamos pasar tiempo con Él y ser obedientes a su Palabra. La Biblia nos da pautas para vivir, para que no nos perdamos «las dimensiones completas de la relación de amor que Él busca tener con [nosotros]», escriben los Blackaby.
Hoy, abre tu Biblia o descarga una aplicación en la que puedas leerla. El Libro de Juan es un buen lugar para empezar a leer. Pídele a Dios que abra los ojos de tu corazón y ora para que te ayude a entender lo que lees.
A medida que hagas de esto un hábito, te darás cuenta de su inimaginable amor por ti y te enamorarás de Él también.
>> ¡Dios te ama! Da el primer paso hacia una relación personal con Él.
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