«En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio». —Gálatas 5:22-23
Dios puede librarte del conflicto interno. El ser humano sin Cristo siempre está dividido entre dos impulsos. Su naturaleza le impulsa a cometer un pecado y su conciencia le insta a hacer lo correcto. Estos deseos antagónicos y emociones cruzadas lo mantienen en un estado de inestabilidad personal. Los médicos casi han llegado a la conclusión de que este conflicto es la causa de muchos padecimientos físicos y ataques nerviosos. Varios médicos ahora creen que entre las causas que contribuyen al resfriado común se encuentran el estrés, la tensión y el conflicto interno. Pablo debió estar en medio de una guerra civil interna cuando gritó: «¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?». Luego, respondió a su propia pregunta cuando dijo: «¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!» (Romanos 7:24-25).